martes, 24 de abril de 2012

Encuentros en la cuarta fase

Más de veinte años pensando en lo nuevo para terminar en el fascismo


El triunfo de Hollande en la primera vuelta de las presidenciales francesas ha despertado ilusión en amplias capas de izquierdistas. Algunos intelectuales afirman incluso que este hombre es la única posibilidad de la izquierda europea para enfrentar a los "mercados". Nos encontramos pues ante un nuevo espectáculo del Yes we can solo que en versión blanca y sin la parafernalia característica de los yanquis. 

Hace unos días leía en El País un artículo del director de la Fundación Ideas, una institución vinculada al PSOE, en el que presentaba la propuesta de futuro de la socialdemocracia. La propuesta era tan ridícula y tan alejada de la realidad que estamos viviendo que sinceramente tan solo nuestra incapacidad política puede lograr que la socialdemocracia siga acaparando a una parte de la clase obrera:

"La socialdemocracia puede entrar en una cuarta fase hegemónica si hace tres cosas: incorpora nuevos valores, moderniza sus programas y amplia su campo de acción."

Veamos en qué consisten sus nuevos valores:

"La igualdad y la solidaridad entre personas distintas se está debilitando con la modernidad, y por eso hay que hacer un nuevo esfuerzo por vincularla más a la condición humana que todos compartimos y menos a la clase social a la que pertenecemos."

Veamos de qué va su nuevo programa:

"... los progresistas no recuperarán su credibilidad como gestores políticos si no son capaces de poner sobre la mesa un paradigma socioeconómico distinto. Y no debe ser una utopía irrealizable. La gente va a seguir respondiendo a incentivos económicos, y va a preferir lo barato a lo caro, acumular frente a pedir."

"Por tanto, la nueva economía tiene que abordar estos temas ex ante, convirtiendo las industrias medioambientales y sociales en motores mismos del proceso productivo, con capacidad para generar bienes deseados por la población, que se puedan comprar y vender: los coches eléctricos o las escuelas infantiles son dos buenos ejemplos en esa dirección."

"Junto a un nuevo paradigma económico, la socialdemocracia de cuarta generación tiene que proponer un nuevo tipo de sociedad, donde la dicotomía entre Estado y mercado no lo ocupe todo, y donde el espacio para los compromisos de los ciudadanos con su espacio comunitario sea mucho mayor. Esa debería ser una sociedad en la que clasificar a los individuos en tipologías sería mucho más complicado: los parados podrían combinar prestaciones con empleos en prácticas; los pensionistas podrían realizar actividades productivas; y los estudiantes podrían trabajar por horas, y viceversa. En esa sociedad, las acciones positivas para la comunidad, como el voluntariado, la donación o el asociacionismo podrían sumar puntos en un carnet de ciudadanía. Y en todo caso, la lógica que movería ese tipo de sociedad híbrida sería la voluntad de generar oportunidades permanentes de superación personal para todos sus integrantes."

Veamos en qué consiste eso de ampliar el campo de acción:

"El abandono del Estado-nación, la creación de una democracia global, el establecimiento de un gobierno para la economía internacionalizada y la introducción de una Administración compartida para los bienes públicos globales, deben dejar de ser asuntos marginales de la agenda progresista, para convertirse en su agenda principal."

De todo este rollo patatero se desprende lo siguiente: 1) los socialdemócratas no quieren ni oír hablar de la igualdad, prefieren tirarse el farol con eso de la "igualdad de oportunidades", que no es otra cosa que el fulano sueño americano, es decir, uno llega hasta donde le permite su capacidad, los listos estarían arriba y los tontos abajo, triunfadores y perdedores, y sin rechistar, ya te dije que tenías que estudiar chino, ahora te jodes, fracasado. 2) Los socialdemócratas desprecian el discurso de clase, no porque crean que no existen las clases, sino porque no les interesa lo más mínimo vincularse con ello. Hay que hablar de la humanidad y las focas. 3) El nuevo modelo socioeconómico consiste en construir molinillos de viento. 4) Como la gente prefiere acumular que pedir, vamos a poner a trabajar a los jubilados, que los pobres se sienten muy mal siendo improductivos, a los estudiantes los colocamos por horas en algún lugar para que saquen unas perras para el botellón, y en cuanto a los parados los vamos a poner a trabajar gratis para las empresas mientras cobran el subsidio, y lo haremos en nombre de la igualdad de oportunidades. Y es que el Estado tiene que dejar de redistribuir rentas para pasar a redistribuir oportunidades y sonrisas. 5) Y por último, se debe caminar hacia una democracia global a golpe de bombazos, ¿o acaso los imperialistas aceptarían otro tipo de "administración de los bienes públicos"?

Desde luego esta cuarta fase se parece mucho a la tercera. El propio autor del artículo nos lo explica:

"En definitiva, puede que la crisis no sirva para refundar el capitalismo, pero si sirve para refundar la socialdemocracia, habremos llegado al mismo lugar por un camino distinto."

El capitalismo seguirá tal cual, nosotros los socialdemócratas también. Toda una propuesta de futuro. 

Sería para reírse si no fuera tan complicada nuestra situación. Estamos asistiendo a un resurgir del fascismo por toda Europa, dicho con claridad. Mientras los socialdemócratas hablan  para una clase media cosmopolita en trance de desaparición, para un mundo que ya no existe más que en sus decadentes urbanizaciones, el fascismo se reproduce financiado por los de siempre. Esto es lo que acabamos de ver en Francia, y no a ninguna esperanza socialdemócrata. Lo que vemos es a una burguesía huyendo hacia delante mientras la socialdemocracia toca las palmas. 

O los comunistas empezamos a ser eso, comunistas, o amigos, las vamos a pasar muy putas. No se trata ya de defender un Estado de bienestar finiquitado (ni siquiera lo defiende la socialdemocracia), se trata de poner encima de la mesa el socialismo, y hacerlo de un modo natural, junto a los obreros. Que en el Estado español, con casi cuatro millones de viviendas vacías y millones de obreros a los que se les niega el acceso a un techo, no haya todavía una propuesta clara de expropiación es para ponerse a llorar. Nosotros no estamos con la humanidad y las focas, estamos con la clase obrera, o al menos deberíamos estarlo, y si no levantamos cabeza es precisamente por eso, por ignorar a los nuestros, que nadie busque las razones en alambicadas teorías de academia que espantan a los obreros. Para eso, piensan, mejor nos quedamos en la cuarta fase. 

6 comentarios:

  1. Lo de Hollande y Sarkozy es otro anzuelo para crédulos... En el fondo da igual quien sea el presidente, como también pasa en España, pues es el sistema el que impone sus normas, y seguirán siendo las grandes multinacionales las que gobiernen con uno o con otro...

    Saludos

    ResponderEliminar
  2. Cómo sería la propuesta de expropiación?

    ResponderEliminar
  3. JLF: Hollande es un pelele, pero la asquerosa del frente nacional puede convertirse en la cabecilla de la derecha tras el posible fracaso de Sarkozy.

    Anónimo: Los pisos vacíos para los que no tienen pisos, sencillamente se expropian a sus dueños y se planifica su reparto. A partir de ahí se puede pensar en construir vivienda nueva si es necesario.

    A mí no se me ocurre otra cosa para solucionar el asunto de la vivienda. Lo que no es ni medio normal es que haya pisos vacíos por millones y millones de obreros sin vivienda.

    ResponderEliminar
  4. Si estamos deacuerdo en que es una aberración, aunque si es normal teniendo en cuenta en el sistema que vivimos, que únicamente se mueve por el beneficio y no por cubrir necesidades, de ahi que haya casas vacias y obreros en la puta calle, pero es un poco inocente pensar que dentro de este sistema se va a dar ese reparto de casa no? No creo que ningún gobierno burgués se preste a eso, y desde luego no creo que haya nigún destacamento ni organización capaz de hacer frente en ese sentido al Estado. Por eso preguntaba más que por la idea, que me parece genial, por lamanera de llevarla acabo, no en la teoria si no en la prática.

    Un saludo!

    ResponderEliminar
  5. Está claro que dentro del sistema la cosa se complica, pero sí se puede llamar a la ocupación de las casas vacías.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  6. Totalmente de acuerdo, salud!

    ResponderEliminar