jueves, 2 de diciembre de 2010

Un buen plan anticrisis

Este mes se unen al desamParo casi 25.000 españolitos más, ya van largos cuatro millones de desempleados. Si a eso le añadimos la decisión de la banca y la patronal, ejecutada por el gobierno, de eliminar los 400 misérrimos euros con los que malvivían cientos de miles de familias, obtenemos la siguiente receta anticrisis del obrero que le ofrezco a los políticos mercenarios con total desinterés, esperando contribuir a la buena marcha de la patria de Botín:

1) Para desayunar tenemos piedras. Hay de sobra, de hecho con un poco de gravilla vale. Para comer, hierba, no la de fumar, esa la prohiben y además está muy cara, la de jardín si se es de ciudad o de monte si de villa. Y para cenar, aire, que todavía es público, aunque poco faltará para que lo acaparen los mercados, como les llaman ahora.

2) Para dormir no hace falta techo. Es que los de la clase obrera nos hemos aburguesado. No pasa nada, será por cartones. Además el gobierno ha construido un montón de puentes que pronto serán acondicionados con baños propiedad de Florentino Pérez, para afeitarse y esas cosas, por el módico precio de 10 céntimos el minuto que cualquiera podrá conseguir mendigando un rato.

3) Por las perspectivas de empleo no hay que preocuparse. Con un poco de suerte terminaremos vendiendo nuestro tiempo a un buen cacique cuando la crisis pase y se establezca una suerte de esclavitud cosmopolita y posmoderna. Y si no hay cacique que nos quiera siempre podemos ingresar a las filas de la santa madre iglesia, sobre todo si eres varón, y si se es mujer, pues como hasta hace unas décadas, al prostíbulo. Son dos mercados con mucho futuro, sin duda. Dicen que el Papa se frota las manos sólo de pensarlo. Por cierto, no se admiten niños. En la iglesia digo. Los curas si quieren fiesta tendrán que pagar a los del prostíbulo.

4) Ya tenemos comida, techo y trabajo. Qué falta entonces. Bueno, la educación. Pero quién quiere leer hoy en día. Eso es cosa de ricos. Y la sanidad... en fin, uno nunca sabe cómo va a salir cuando entra en un hospital, en realidad la sanidad pública perjudica seriamente la salud, incluso cuando la gestiona Esperanza Aguirre. Eso son lastres del pasado, cosa de marxistas trasnochados. No hay más que hablar, que se lo queden los ricachos, que carguen ellos con esa losa.

5) Para la ropa y demás accesorios y complementos seguiremos la máxima de ese librepensador llamado Fraga, más conocido como La bestia de Palomares, o incluso como La momia coja. Eso de "al obrero chanclas y al patrón zapatos, que si le das zapatos luego quieren coche", o algo así, es que se le entiende mal cuando habla, de ahí su afición por la censura, palabras las justas. Simplificando, nos cubriremos con hojas de castaño, que son grandes y confortables, muy fresquitas en verano.

Y eso es todo. Mejor una medida más, que no están los tiempos como para desperdiciar buenas ideas.

6) Se pondrán al menos un día a la semana, a poder ser en las plazas más céntricas y cuando la burguesía ya no circule por la calle por eso de no mezclarnos, pantallas gigantes donde nosotros, la chusma asalariada o en busca de salario, podamos disfrutar de esos programas en los que nos enseñan lo bien que viven los ricos, sus grandes casas, su superioridad intelectual y sobre todo su gran aportación a la sociedad. Programas como Mujeres ricas, Casas lujosas, Te presentamos al explotador, Mira cómo vivimos maldito pobre... en fin, amor y pedagogía, porque en realidad nos aman. Te exploto y te margino porque eres mío, dicen con frecuencia.

Ahora sí, se terminó el plan anticrisis para el obrerete. Ruego se entregue pronto al Rey, para que lo firme, además así se entretiene, que a su majestad le encanta trabajar.

Me voy a preparar un coctel, Molotov, por supuesto, que ya no me alcanza para los que emborrachan.

No hay comentarios:

Publicar un comentario