miércoles, 21 de septiembre de 2011

Excelentes explotadores


Ayer, en el programa Las Mañanas de Cuatro, la antigua diputada del PP, Monserrat Nebrera, defendía las tesis de Esperanza Aguirre sobre educación.

Según esta buena mujer, siempre sonriente y perfumada, lo que Aguirre defiende es el modelo liberal basado en la “excelencia”, como en Estados Unidos, dijo ella. Se trata de privilegiar a los mejores, y que solo éstos puedan acceder a unos estudios universitarios, porque “para qué se quiere una licenciatura si vas a trabajar en el metro”.

Siempre creí que el modelo yanqui se basaba en una meritocracia perfecta. Si hombre, el trabajador del metro estudiando por las noches con grandes esfuerzos llega a dirigir la empresa en la que antes solo apretaba tuercas. ¿No era eso? Nebrera piensa que no, que el trabajador del metro se va a quedar ahí toda su vida, si es que no le despiden, y por tanto que el esfuerzo personal sirve más bien poco.

El modelo yanqui liberal se basa en el dinero. Si tu familia tiene pasta estudias en las mejores universidades privadas, incluso si eres tonto perdido como Bush, pero si tu familia no tiene dinero tendrás que buscarte la vida, o bien trabajando hasta reventar para ahorrar algo de dinero a ver si te alcanza para pagar la primera matrícula o bien pidiendo préstamos a un banco con lo que ya saldrás endeudado antes de conseguir el primer empleo, si es que tienen a bien concedértelos. En cualquier caso, en lugar de educación tenemos un estupendo yugo en nuestros cuellos. En lugar de disfrutar aprendiendo, tenemos una preocupación, un problema. Claro, si eres pobre.

Es perfecto. Mientras los hijos de los trabajadores se pegan entre sí, los hijos de la burguesía se divierten en clubs y carreras de caballos. Dos formas bien distintas de entretenerse. Eso es, y no otra cosa, la excelencia de Aguirre y Nebrera.

Pero hay más. Cuando esta tiparraca afirma que los trabajadores del metro no necesitan licenciarse, lo que viene a decir es que el conocimiento también es propiedad privada. Lo decía perfectamente un cardenal venezolano al que le interceptaron un e-mail en el que se despachaba a gusto con los pobres: si los trabajadores estudian no solo van a saber más, también querrán más, tarde o temprano, y eso no es bueno para los señoritos burgueses y su monopolio. Hay que ser lo suficientemente profesional como para apretar tuercas, porque si se sabe un poco de historia, economía, sociología… lo mismo esos que aprietan tuercas dejan de votar a los que les han estado explotando todo la vida, las Aguirre y compañía.

Pero los liberales como Nebrera tienen muchos más problemas de los que creen. Dan por supuesto que hay trabajo en el metro, pero no, ni eso. También suponen que los trabajadores somos estúpidos por naturaleza, dispuestos a obedecerles bajo cualquier condición, pero no, eso tampoco, como hemos demostrado en muchas ocasiones a lo largo de la historia. Europa estallará, comenzando por Grecia, y a eso los matarifes de la prensa no lo van a llamar Primavera de nada sino Revolución, y los hoy sonrientes y perfumados demócratas liberales se tornarán en lo que son, chusma reaccionaria dispuesta a todo para preservar sus privilegios.

Que no se despisten sus señorías...

Porque, sabed: llevamos mucha verdad metida

dentro del corazón, metida por la boca:

y os vencerá la férrea juventud de la vida,

pues para tanta fuerza tanta maldad es poca.

2 comentarios:

  1. Es que para los magnates y sus titeres politicos los trabajadores nunca han tenido derecho a la educacion, cultura o sanidad, etc.., sino que simplemente se han visto forzados a concederselo. Ahora, como dice Basescu en Rumania, estan viendo que ya no hace falta compartir tanto con ellos, y lo dicen cada vez con menos tapujos...

    Lo curioso es que lo que dicen no querer compartir esta producido por los trabajadores, gracias a su trabajo y a la riqueza que crean...Es decir, ademas de robarlo luego lo consideran un derecho (divino, claro) en vez de reconocer que la cosa es al reves: lo tendran mientras los trabajadores quieran. Por eso es tan importante la propaganda, para evitar que los trabajadores vuelvan a ser conscientes de la realidad..

    Saludos

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  2. Así es, ellos son los mantenidos.

    Saludos!

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