lunes, 26 de septiembre de 2011

No queremos sus disculpas

Hace tiempo leyendo al sociólogo alemán Ulrich Beck me encontré con una frase que creo resume a la perfección lo que hay detrás del humanismo de pandereta y ONG. Este hombre, después de pintarnos la degradación que nos espera, venía a decir que si no gestionamos “socialmente” el capitalismo corremos el riesgo de que “surja un nuevo Marx” que nos vuelva a joder el negocio, como los bolcheviques en su día, ya me entienden.

En mi opinión, esto y no otra cosa, es lo que está detrás de la mayoría de las lamentaciones de ciertos elementos de la burguesía, ya sean izquierdistas o no. En realidad quieren seguir disfrutando de la fiesta, porque les encanta, lo que de ninguna forma quieren es que se la fastidie una panda de pobretones enfurecidos y hambrientos.

En este sentido debe leerse una entrevista a Florence Noiville publicada hoy en el diario Público.

Esta buena mujer es una pija de escuela de negocios. Ya saben, tipo ESADE, ICADE, IE… esos lugares donde los burgueses sueltan una pasta para que sus hijos vayan después bien adoctrinados a manejar las empresas que nos explotan y nos condenan a la miseria y la guerra. Bien, pues al terminar sus estudios se fue a ganar dinero a una de ellas. Más tarde lo dejó por el periodismo “cultural” (supongo que la moza entiende por “cultural” las presentaciones de libros, las exposiciones y ese tipo de encuentros que Woody Allen usa en sus películas hasta el hartazgo. Y es que los señoritos no solo nos explotan, también nos sacan a patadas del reino de la cultura, que no es otra cosa, según ellos, que sus puñeteros saraos), no sin alboroto entre sus camaradas de la escuela, y es que estropeó “la media de la promoción” porque “redujo su sueldo a la mitad”. Ya se pueden imaginar ustedes el escándalo que se formó:

- ¿Sí?

- Mike, qué tal, soy Henry

- Henry, pero cuánto tiempo. Qué, sigues matando vietnamitas… ¡ése es mi Henry! (risas)

- Henry Kissinger no, Henry el de la escuela, promoción del 85

- Hombre Henry, pero qué es de tu vida… ¿trabajando en el FMI, no?

- Sí, ahí seguimos. Últimamente no paramos de trabajar con esto de la crisis, fíjate que tuvimos que reducir el número de orgías, de tres a la semana pasamos a dos

- Sí, la verdad que no son buenos tiempos para nadie…

- Oye Mike, te llamo por lo de Florence.

- ¿Florence?

- Sí, ya sabes la compañera que trabajaba de broker en la City.

- Sí, claro. Se levanta un pastizal entre acciones, opciones sobre acciones, sobornos, dietas… Y qué le pasó. ¿Cambió de empresa?

- Se nos fue Mike, se nos fue… Se metió a cultureta, ¡periodista cultureta!

- Qué me dices

- Como lo oyes. Y espera, que lo peor viene ahora. ¡Gana la mitad!

- No puede ser…

- Sí, sí… es la vergüenza de la promoción

- Me dejas sin palabras

- 200.000 tristes euros al año. Pero cómo es posible, se nos ha convertido en una clase media acomodada. Mike, la promoción del 85 ha sido mancillada

- ¡Borra a esa zorra inmediatamente del Facebook! ¡Qué deshonra!

- En fin, Mike, siento tener que darte tan pésimas noticias

- No, no, de ningún modo… Debemos recuperar el prestigio del 85

- Ya, pero cómo

- Mira a ver si terminas de quitarle el agua a los bolivianos… porque la otra vez…

- Pensé en eso. Pero es que ahora está el indio de mierda ese… En fin, mañana te llamo y hablamos, ahora tengo que colgar porque estoy viendo a mi hijo por la ventana que le está pegando al jardinero con un látigo y resulta que el jardinero tiene la osadía de defenderse

- Bien, Henry, entiendo. Y ánimo, que saldremos adelante

- Eso espero Mike, eso espero…


Y estaba la reina del Potosí tan contenta en eso del periodismo cultural, a pesar de las airadas protestas de sus colegas de promoción, cuando de repente llegó la crisis. Un golpe semejante no podía ocurrir sin dejar mella en las conciencias, y Florence tiene conciencia, marca Dior para más señas. Así que se dispuso a escribir un ensayo titulado Soy economista y os pido disculpas, donde viene a decir que hace falta cambiar la mentalidad del personal, que esas escuelas de negocios preparan a tiburones avariciosos, y bla, bla, bla. De toda la entrevista destacaría esta respuesta:

“No soy extremista, ni aliento ninguna revolución. Lo que digo es que es urgente reflexionar sobre el vínculo entre un mal modelo educativo y todo este desorden económico. Y es necesario apostar por una educación financiera que sea capaz de unir creación de riqueza con respeto a las personas y al medio ambiente.”

Lo sabemos Florence, cómo diablos una mujer como tú va a ser extremista de nada. Una demócrata y una santa, eso eres.

Pero nos dice más, ella sigue reflexionando:

“Es urgente darse cuenta que esto sólo puede desembocar en tensiones sociales que nadie sabe si serán manejables.”

¡Amigos! Llegamos al punto clave para todos estos pollos. ¿Preocupados? Sí, lo están. Precisamente por sus propiedades. Y hacen bien, todo sea dicho.

Los explotados han enfrentado siempre a sus explotadores. Esto es un hecho que se repite una y otra vez a lo largo de la historia. Normalmente sin mucho éxito hasta que llegaron los comunistas a dar por culo, motivo por el cual les detestan propios y extraños, porque eso de que los explotados luchen puede pasar, pero que luchen y ganen es inadmisible, hasta ahí podíamos llegar. Así que toda esta gentualla sabe que de la situación actual irremediablemente y para su desgracia habrá lucha y resistencia, por muchos libros que promocionen pidiendo disculpas.

Disculpas... ¿Acaso les necesitamos?


http://www.publico.es/dinero/398287/no-quiero-nietos-obsesionados-con-ganar-mas

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