viernes, 25 de mayo de 2012

¡Liberalismo Kaput!

Cuando los liberales luchaban contra el antiguo régimen existía en ellos algo de frescura. Hoy, en cambio, leer a un liberal es una experiencia bastante desagradable, son una especie de sargentos chusqueros siempre a la caza del socialista o de cualquier cosa que se le parezca. Y es que el liberalismo contemporáneo no es otra cosa que un intento filonazi de dar marcha atrás a la historia con el objetivo de eliminar hasta el último recuerdo de socialismo. Fíjense que digo "dar marcha atrás", porque el socialismo, y en eso tenía razón Hayek, está entre nosotros, el socialismo construyó nuestro presente y configuró buena parte del pensamiento obrero actual. Somos muy modestos en cuanto a nuestros logros históricos, que tienen más peso del que algunos se imaginan. No existe hoy ni un solo trabajador que no esté reivindicando socialismo cuando protesta contra la privatización del agua, de la sanidad o de la educación. Muchos ni se dan cuenta de ello, sencillamente ignoran el modo en que sus ideas se configuraron y la extraordinaria importancia de la existencia del campo socialista durante el siglo pasado, de cuyos efectos directos todavía podemos beneficiarnos.


Pero estos tarados peligrosos que se dicen liberales están decididos a devolvernos al Pleistoceno. Es gente que ignora por completo la realidad, o mejor dicho, la desprecia profundamente en tanto que dicha realidad sea la de los obreros. Lo que nos dicen estos tarados es que el Estado tendrá que limitarse a las labores represivas (cosa que ya hace) y dejar de financiar con dinero público los estudios y la sanidad de los obreros, que por fin volverán a ser personas responsables con la chequera en la mano. O dicho de otro modo, que estudie y se cure quien tenga pasta, es decir, los burgueses. Esa es la madre del cordero, pues ven en ello una intervención intolerable de lo público en la sociedad, vamos, una consecuencia del socialismo, por eso se sienten oprimidos cuando la gente tiene la posibilidad de tratarse en un hospital público, y es que lo público solo debe servir a la burguesía como protección de sus privilegios, nada más, aunque lo pinten de colorines y lo adornen con la retórica de la neutralidad y la libertad. Da lo mismo que los trabajadores se tiren por la ventana presas de la desesperación, ellos brindarán con champán su último pelotazo, y al fin, el mundo, libre de cualquier influencia socialista, recuperará el equilibrio natural del que nunca debió salir. Lo dicho, tarados peligrosos.

 

Tarados porque lo que intentan es imposible de sostener a largo plazo, como cualquier otro proyecto reaccionario. Peligrosos porque para intentar borrar del mapa al socialismo tendrán que reprimir a mansalva y en creciente intensidad, e incluso en esas circunstancias es sencillamente imposible que tengan éxito. A medida que avancen en sus propósitos las contradicciones entre clases también avanzarán. Los trabajadores no se van a tragar vivir en una sociedad a lo yanqui como representación del final de la historia, es decir, aquí no vamos a agitar la bandera española y a lanzar bendiciones al altísimo mientras nos cierran el paso en las universidades y en los hospitales, simplificando el asunto. La respuesta obrera organizada podrá tardar más o menos, pero se dará. En estos momentos los trabajadores se encuentran conmocionados, todavía no se creen que el fulano Estado del bienestar murió, les han estado taladrando la cabeza con eso durante mucho tiempo como para pensar en su fin. Hay que tener en cuenta que hasta los brutales recortes en el llamado gasto social se hacen en nombre del Estado de bienestar. Sus fechorías tienen que perpetrarlas en la oscuridad porque los trabajadores rechazarían su basura si se la presentasen claramente.

A pesar de la retórica triunfalista de los liberales, en mi opinión, nunca antes el socialismo tuvo más sentido que hoy ni estuvo tan a nuestro alcance. En la Rusia de 1917 lo tuvieron mucho más difícil que nosotros hoy. No es cierto que antes fuese todo fácil mientras que hoy el socialismo sea un proyecto rechazado por los trabajadores o negado por la historia. Al contrario, nos falta la organización puesto que venimos de una derrota históricamente cercana, pero hoy es más simple que ayer. En la Rusia de 1917 los comunistas tenían que proponer la construcción de viviendas, hoy solo tenemos que decirles a los obreros "ahí están vacías". Tampoco tenemos que construir muchas escuelas o universidades, nos basta con llevarlas a los trabajadores para que las hagan suyas. Lo mismo con los hospitales o las fábricas, muchas de las cuales están cerradas o funcionando a medio gas con casi seis millones de desempleados. Es decir, el socialismo, a medida que se desarrolla el capitalismo, se vuelve una necesidad al alcance de la mano. El socialismo, como solución, cada día se hace más evidente. No es verdad que el subdesarrollo favorezca el socialismo y el desarrollo lo impida. No es verdad que la división de la sociedad en clases sea cosa del pasado o que en él fuese más fácil percibirlo. Tampoco es verdad que una derrota signifique el fin, el régimen burgués no se instaló de un tirón, y lo mismo ocurre con el socialismo. Fíjense en la historia y comprenderán que el socialismo, como dije al principio de mi comentario, llegó para quedarse, de ahí la histeria liberal. Sí que nos hace falta una organización capaz de enfrentar a los tarados que gobiernan, los filonazis de nuestro tiempo. No es fácil, pero cuando dicho instrumento de la clase obrera vuelva a estar afilado, los tarados saldrán de sus escondrijos del mismo modo que sus homólogos del siglo XX salieron de los escombros de Stalingrado para entregarse al glorioso Ejército Rojo con las manos en alto y gritando: "¡Hitler Kaput!" ¡Liberalismo Kaput!

5 comentarios:

  1. Muy acertado el análisis, todo aquello que conformo el mal llamado Estado de Bienestar no eran mas que contramedidas de la burguesía para evitar que los trabajadores volvieran su mirada hacia la URSS. Pero los trabajadores ahn conocido ese "socialismo" subvencionado por el Kapital y no van a renunciar a ello.

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  2. Ciertamente el socialismo es hoy más factible que en 1917, por eso mismo da más valor a lo que hicieron los bolcheviques que vistos en distancia parecen "superhombres" ,comunes pero superhombres, mientras que hoy más bien parecemos alfeñiques destartalados.Ellos no tenían miedo a nada, nosotros tenemos miedo a casi todo,y somos en su mayoria ovinamente estúpidos.los bolcheviques no se creían nada de lo que les dijera la burguesia y sino ya estaba Lenin para "fulminar" a los oportunistas y milongeros.Lenin acertó y en cierta medida rectificó una afirmación de Marx; no son tanto las masas , sino las minorias- masa organizadas las que hacen la historia y la cambian.
    salud, rafa. Madrid.

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  3. Por ciert X, tienes razón en lo que dices sobre los liberales actuales ; han convertido el mundo en un vertedero; por eso llamar a un gran revolucionario burgués como robespierre, liberal sería insultarlo,los liberales que lucharon contra el absolutismo entre 1815- 1848(carbonarios, comuneros, garibaldianos, etc), tampoco se reconocerían en el esperpéntico liberalismo actual.

    Por eso los liberales y los expertos burgueses en sovietología lloran hoy tantas lagrimas por sus "ancestros" de izquierda y derecha que acabaron en el Gulag ó fusilados- con razones más que suficientes-, por eso lloran tanto por los marxistas liberales como Bujarín, kamenev, tomski y tantos y tantos "intelectuales", tan hipócritas y taimados como ellos.
    rafa, Madrid.

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  4. Pepe: se establece una lucha, se puede perder, pero no se olvida tan fácilmente. La educación, la sanidad, etc., son ya reivindicaciones que llegaron para quedarse, y gracias al socialismo.

    Rafa: lo del miedo es normal en un país en el que las oligarquías decidieron dejar a los rojos en las cunetas como advertencia. Sin duda los bolcheviques fueron muy grandes, a veces pienso en la razón por la cual en unos países pueden surgir luchadores así y en cambio en otros, en las mismas condiciones sociales o incluso peores, no surge nadie. Es la capacidad de organización de algunos hombres que al mismo tiempo son capaces de conectar con las masas y lograr que luchen y que lo hagan en una dirección correcta. Sin descuidar explicaciones de coyuntura histórica y sin despreciar el papel del conjunto de la clase obrera.

    Lo de los liberales de hoy no tiene remedio. Los hay que se sorprenden cuando les califico de fascistas, intentan aleccionarme sobre las diferencias tan evidentes entre liberalismo y fascismo, aceite y agua, dicen. Pero en realidad están hablando de otro liberalismo, ni se enteran de qué van los de hoy. Tienen la misma misión histórica que los fascistas del siglo XX. Es la versión 2.0 con la cara lavada, pero no demasiado.

    Saludos.

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  5. Está claro X,que los liberales no se quieren enterar de las conexiones históricas , ya no entre los autocalificados liberales que suelen ser y siempre lo han sido apologetas del sistema, sino entre el capital(los que detentan realmente el poder y que financian a estos tontos así como a la "izquierda gubernamental" ó razonable) y el fascismo; es algo que no es que esté en los libros de historia, sino en los archivos y en las fuentes primarias de la época.

    Algo que los héroes del liberalismo actual, como Hayek y von Mises, no consultaron jamás;basta con leer sus patéticos y falsos ensayos "históricos" como "Camino de Servidumbre" de Hayek.

    salud, rafa. Madrid.
    salud.

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