Notas

Clase obrera y deuda. Hoy salió a la palestra el cobarde que tenemos por presidente del gobierno, y entre la colección de majaderías que soltó por su boca hubo una que se distinguió por su cinismo, eso de que los obreros hemos abusado del crédito. Hay que tener la cara de cemento armado para decir eso y quedarse tan pancho. Naturalmente que los obreros hemos abusado del crédito, y añado, y qué otra cosa podíamos hacer. Con unos salarios en caída libre es lógico que hasta la comida se compre a deuda. Hoy en día pocos obreros pueden permitirse comprar, por ejemplo, un televisor a toca teja. No hablemos ya de una vivienda o un coche. Naturalmente que hemos abusado de la deuda, ¿acaso nos han dejado alternativa?

Sí, tal vez exista una alternativa, no comprar nada. Dentro de este sistema no se me ocurre otra forma. Con los niveles de desempleo que sufrimos y con los salarios que pagan sus excelencias los burgueses, ya me dirán quién tiene capacidad de ahorro para comprar algo más allá de un paquete de chicles o unos calzoncillos en el bazar chino de la esquina. Exceptuando a la menguante aristocracia obrera, a la burguesía y a ciertas capas vasallas que configuran ese engendro llamado clase media, no hay obrero que pueda vivir con sus necesidades más o menos satisfechas si no entra en el desastroso negocio de la deuda. Desastroso para nosotros, para algunos fue y es un negocio cojonudo. Por eso que vengan ahora a echarnos en cara lo que no es otra cosa que su negocio es el colmo del cinismo, es como si nos escupiesen a la cara.

Recortes a golpe de soborno. Según un personero del gobierno de Extremadura, los médicos podrán ganarse un sobresueldo todos los meses si producen poco gasto a la sanidad. Es decir, si un médico deja de enviar a pacientes a los hospitales para hacerse radiografías o cualquier otra prueba el señor médico ganará dinero. Los burgueses encantados, la atención sanitaria será una pocilga muy barata. Y me temo que de ponerse en marcha semejante propuesta incluso podría tener éxito. Lamentablemente entre este tipo de profesionales no abunda precisamente la conciencia de clase y sí demasiado chulo de playa con los aires muy subidos. Para que se hagan una idea, al hospital de mi hermano todavía hoy llega gente con regalos para el médico, sobre todo la gente mayor, nos podemos imaginar la razón. Tal vez algunos quieran regresar a eso. Creo que en Estados Unidos los médicos salen un día sí y otro también en las revistas del corazón. Mi predicción es la siguiente, aquellos médicos que levanten la cabeza serán purgados con las técnicas matoniles que acostumbran a utilizar, la inmensa mayoría callará y se meterá los euros en el bolsillo. Un negocio más, tal y como llevan años trapicheando con las farmacéuticas. Claro que siempre somos los mismos los que pagamos mientras la burguesía y sus palanganeros se lo llevan fresco. Por eso cuando una revolución triunfa la primero que tiene que hacer es abrir las facultades de medicina, siempre blindadas por los colegios. Cuba sería un ejemplo.

Ocupar tierras, fábricas y viviendas, asaltar supermercados... Toda iniciativa que vaya encaminada a satisfacer las necesidades de nuestros iguales debe ser apoyada. En mi opinión cualquier organización de izquierda tendría que estar planificando expropiaciones. La clase obrera no va a picar a la puerta de un partido comunista cuando tiene hambre, por lo general va a picar a la puerta de las iglesias, ya sea la católica o cualquier ONG. Es decir, la burguesía utiliza la caridad como un medio más de control. En cambio, si a los desahuciados se les ayuda a ocupar viviendas, si a nuestros iguales hambrientos se les facilita comida, si a los obreros desempleados se les acompaña a ocupar tierras y fábricas... los obreros darán las espalda a los que pretenden mantenerlos con la mano en forma de cazo y empezarán a recuperar su orgullo de clase. A veces vale más sentirse acompañado que mil manifestaciones multitudinarias. La organización de la clase obrera se reconstruirá con este tipo de acciones, haciendo ver que nosotros somos la solución y los burgueses el problema.

Si ocupamos viviendas es porque no tenemos techo. Si ocupamos fábricas y tierras es porque no tenemos trabajo. Si asaltamos supermercados es porque tenemos hambre. Si la ley lo impide y castiga es porque la ley ampara los desahucios, el desempleo y el hambre, porque las leyes las escriben los mismos que desahucian, despiden y hambrean, porque nuestro sufrimiento es su negocio. Nuestro primer derecho es tomar lo que nos pertenece. Expropiar a los expropiadores.