miércoles, 3 de octubre de 2012

Notas

  • Un reportaje fotográfico publicado en el periódico yanqui The New York Times ha desatado la ira de los voceros de la burguesía. Dichos lacayos dicen que perjudica la imagen de la marca España. En las fotos tan solo se ven manifestaciones, obreros siendo desahuciados, obreros buscando en la basura a ver si consiguen algo de comida..., en fin, lo normal en un régimen capitalista, se ve lo que hay. Sabemos muy bien que los burgueses siguen viviendo la vida loca, sus excesos nos los restregan a diario a través de los medios de comunicación. Sirva como ejemplo el programa de cotilleo Sálvame, en el cual comen en directo y a diario marisco y otros manjares en un país en el que millones de personas no tienen nada que llevarse a la boca. Justamente esto nos dicen los indignados palanganeros de la burguesía, que el fulano reportaje solo refleja una parte de la realidad, que hay otra, la suya, en la que se come marisco, se veranea, se conducen lujosos coches... esa parte en la que no hay explotación, ni desempleo, ni hambre, ni desahucios, esa parte en la que no falta nunca la esperanza, ni los médicos, ni los maestros, la España grande y libre. Confieso que por una vez estoy de acuerdo con esta gentuza. Es verdad, hay dos realidades, la suya y la nuestra. Y la cosa se pondrá interesante cuando en lugar de un solo ejército haya dos, el suyo y el nuestro.

  • No hay que ser muy fino para entender que lo que está pasando en España no es otra cosa que una crisis política derivada de la ruina económica, y esto no es más que el principio. No hay ni un solo dato que nos haga pensar en algo así como una recuperación. Al contrario, la situación empeorará gravemente. No hay sector del mundo del trabajo que de un modo u otro no muestre su descontento. No queda ni un rincón del régimen en el que no se hayan destapado corruptelas, todo podre, desde la testa coronada hasta el último concejal, con sus correspondientes prolongaciones empresariales. Se debe tanto dinero que no lo podemos pagar ni dejando de comer, y literalmente nos lo están pidiendo. Proliferan por doquier propuestas políticas apresuradas que pretenden pescar en río revuelto, por lo general populismo barato, desde partiduchos como el de Mario Conde hasta la demagogia con peineta de Cospedal y compañía, de todo, y lo que nos queda por ver, tanto a babor como a estribor. A todo esto se suman las amenazas independentistas, con su graciosa respuesta en los medios por parte de unos periodistas que calculadora en ristre pretenden demostrar que si Cataluña consigue un Estado propio será más ruinoso para los catalanes que el actual Estado en el que están integrados. Fíjense que esta gente no se anda con tonterías, apelan directamente al bolsillo. Y entre tanto se escuchan voces que piden restringir el derecho de manifestación, o como lo llaman los palanganeros del régimen, el "derecho al pataleo" (esta gente es así de sinvergüenza). La ministra de desempleo pronostica un "otoño caliente", no sabemos si por el famoso cambio climático o por los palos de la policía, que ya nos los venden a futuro. En fin, estos y otros acontecimientos hablan por sí solos, el chiringuito está en quiebra en todos los sentidos.  

  • Pero los chiringuitos quebrados no son chiringuitos vencidos. Podemos vivir en la ruina permanente, en la corrupción permanente, en la represión permanente... y ejemplos no nos faltan. A un régimen hay que derrotarlo. Para eso hace falta organización obrera. Una organización lo suficientemente poderosa como para enfrentar al enemigo en cualquier terreno. Y eso es precisamente lo que temen los parásitos. Aquellos que daban por enterrada la lucha de clases van a ver con sus propios ojos que el siglo XXI dejará en pelotas al siglo XX. Eso es lo que asoma ya, quien tenga ojos que mire, y quien crea que de esta salimos subiendo cuatro impuestos que se busque un buen psiquiatra. Las opciones están claras, o se avanza hacia el socialismo o se pretende descubrir la pana, y ese "invento" burgués se llama fascismo.

3 comentarios:

  1. Son muy conscientes de la fuerza cada vez mayor que está tomando el ciudadano anónimo, el hombre de a pié es cada vez menos idiota a fuerza de palos y hambre, por eso no faltan los intentos de manipulación y de buscar líderes que controlen la inevitable "revolución", para que no sea peligrosa.

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  2. Por dios, mírate el cero o algo oline, la gente regala ordenadores viejos pero que funcionan, ya me cansa que no publiques.

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  3. Piedra: el control de la rebeldía siempre es un objetivo de nuestros amigos los burgueses.

    Anónimo: jajajaj un abrazo, a ver si lo soluciono pronto.

    Saludos.

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