martes, 25 de diciembre de 2012

El discurso del rey



Si sobrevives a los programas de variedades en Nochebuena -como diría Kipling, con voz cavernosa- serás un hombre, hijo mío. Eso de la Misa del Gallo es una excusa para no tener que soportar a un grupo de famosillos bailando el Gangnam Style. Y por si fuera poco, al Borbón en jefe no se le ocurre otra cosa que dirigirse a las masas. ¿Por qué en Nochebuena? Algunos dicen que para celebrar al niño Jesús, yo creo que si el rey farfulla ese día y no otro se debe a que casi todo el mundo lleva unas cuantas copas de más, entre la borrachera y la oscura vocalización del Borbón no se entera nadie de lo que dice.

El vídeo empieza con un plano exterior y nocturno del palacio, la cámara se va adentrando en el despacho iluminado del rey hasta que aparece Su Majestad sentado sobre el escritorio haciendo como que lee. Muy normal, no lo de leer, lo de hacer como que lee. Las oligarquías no trabajan, hacen como que trabajan.

Nada más comenzar su discurso pude distinguir entre sonidos guturales algo así como que quería reflexionar con nosotros. Todo mi cuerpo se estremeció, un oligarca reflexionando, nada bueno puede salir de ahí, pensé. Imagínense si toda la reacción española se pone a reflexionar al mismo tiempo. En fin, tras unos segundos recuperé la calma, como ya dijimos los oligarcas no trabajan, el rey, por tanto, se limitaba a leer en una pantalla lo que algún pelota de la casa real se encargó de escribir, era la reflexión de un plumilla cortesano.

Vamos pues al contenido, por escaso que sea. 

Sobre la crisis consideraron oportuno recordar que estamos muy jodidos, como nunca antes, para después animarnos al más puro estilo Campofrío. Somos cojonudos, señores. A lo largo de la historia hemos superado todo tipo de dificultades, desde la Inquisición hasta el nacionalcatolicismo, pero qué me dicen de la selección española de fútbol, la tortilla de patata y el regreso de Chimo Bayo. No puedo resistirme: chiquitan chiquititan tan tan que tun pan pan que tun pan que tepe tepe pan pan pan que tun pan que pin. Sin duda saldremos adelante. La clave está en la confianza, la generosidad, el talento y la creatividad del personal. Lo dicho, una ración de jamón cocido Campofrío. Desde luego el plumilla de la corte no se rompió el cerebro, ¿sería Ansón? ¿O tal vez el republicano razonable Fernando Savater? Un becario, seguro, por eso de la crisis, todos sabemos que la casa real es muy austera y como derroche es el más barato de Europa.

Un periódico resalta la importancia que otorgó el rey a la política. Por dos veces repitió que no todo es economía. Esta reivindicación de la política y sus llamamientos al estímulo económico -no todo va a ser austeridad, también habrá que regar esos cuatro tiestos- hacen del monarca todo un progresista Keynesiano. Como la mayor parte de la izquierda vive en los mundos de Yupi, creen que el burgués Keynes era un socialista enfrentado a las élites, y eso que el propio Keynes se empeñó una y otra vez en decirnos justo lo contrario, que no era otra cosa que un burgués liberal, que se trataba de defender a los suyos. Pero nada, no hay manera. El rey es socialista, como Llamazares o los de ATTAC, igual. Y no me sorprende. El propio rey habla de la importancia de renunciar a una parte "de lo nuestro" en beneficio "de todos". Por ejemplo, renunciar a las cacerías africanas en beneficio de los hambrientos.

No podían faltar los llamamientos a la unidad. A los comunistas se nos acusa de intentar dividir la sociedad, pero nosotros nos limitamos a certificar lo que de hecho existe al margen de nuestros rabos y cuernos, las clases sociales y la lucha que se establece entre ellas. Los llamamientos a la unidad, vengan del Borbón o de su porquero, quedan siempre en agua de borrajas. La unidad de los palacios y las chabolas a la larga termina mal, por muy leal que sea el chabolista o por muy generoso que sea el propietario del palacio.

Y nada más. El año que viene otro discurso, si es que para entonces sigue vivo, y si lo está tendrán que colgarlo del techo con un arnés para que no se les caiga en medio de la grabación.

Para todos los que están cansados de tanta retórica estúpida que nos invade como un lamento entre las ruinas del régimen, y para todos los que quieren vivir en paz y prosperidad, me despido con dos palabras: república socialista.

3 comentarios:

  1. Yo no vi el discurso del rey, pero como imaginaba no me perdi nada. Lo cierto es que "El rey debe morir para que el país pueda vivir.", como decia Roberspierre, y como él me refiero no solo a la persona más o menos estupida o criminal que representa la corona, sino todo el sistema corrupto y delictivo que le arropa y que en él se sostiene.

    Saludos

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  2. un mensaje muy corto en el que volvió a culpar a todos de la crisis, sentado en la mesa como si fuera el profesor chulito. Paternalismo y arrogancia más propio del siglo XVIII.

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  3. JLF: a este le queda poco, a su régimen probablemente algo más.

    jose: igual de estúpido pero más corto que otras veces, la verdad que se agradece.

    Saludos.

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