domingo, 9 de diciembre de 2012

Notas

  • Chávez anunció que tendrá que ser sometido a una nueva intervención. Por lo que pudiera pasar nombró a su sucesor, Nicolás Maduro, quien en el peor de los escenarios tendrá que enfrentar unas nuevas elecciones presidenciales. La posible muerte del líder venezolano despierta en la oposición los más bajos instintos, sueñan con ese maravilloso pasado en el que los barrios chabolistas se consideraban zonas verdes. Dan por seguro que la muerte de Chávez significa la muerte de la revolución. En mi opinión, un grave error de cálculo que puede salir caro al conjunto de los venezolanos. Si a la burguesía apestosa se le ocurre lanzar un órdago el país se transformará en un baño de sangre. La burguesía apestosa sabe muy bien que no les basta con ganar unas elecciones, su trayectoria habla claro en ese sentido, de ahí que ciertos ánimos puedan llegar a exacerbarse considerando equivocadamente que la ocasión les favorece para terminar de un golpe con sus enemigos.

  • Hablando de burguesías apestosas, el capo Mario Monti dimitió y Berlusconi se postula a la presidencia, y además lo hace acudiendo a la demagogia, como si él fuese el salvador de la patria frente al entreguismo a los alemanes. El fascismo se expresa de diferentes modos en diferentes lugares. Perfectamente un oligarca putero y corrupto puede arrastrar a las masas hacia el fascismo, no todo tiene que ser calco y copia de Amanecer Dorado.

  • Y es que Europa camina derecha y sin frenos hacia el fascismo. Hungría, Letonia, España, Francia... por doquier introducen medidas reaccionarias que sientan las bases de la aparición de organizaciones de carácter abiertamente fascista. No es casualidad, el fascismo es la dictadura abierta del capital financiero, no cae del cielo, no se debe a la locura de ciertos líderes, la confusión respecto a las causas del fascismo tampoco tiene nada de casual. El monstruo crece frente a nuestras narices, y lo que es peor, hoy, a diferencia de lo ocurrido el siglo pasado, parece que no le damos la importancia debida. Por ejemplo, en Amsterdam, corazón de la siempre ilustrada y civilizada Europa, pretenden crear pueblos para "indeseables". Allí amontonarán bajo vigilancia policial a todos aquellos proletarios que sus señorías los burgueses consideren molestos: http://www.telegraph.co.uk/news/worldnews/europe/netherlands/9719247/Amsterdam-to-create-scum-villages.html

  • Reconstruir las organizaciones obreras no es ya algo deseable, es urgente y necesario, hoy más que nunca. Con la tesis del fin de la historia podemos hacer papel higiénico. Frente a propuestas indefinidas que nos hablan de la ciudadanía, debemos crear urgentemente un tejido organizacional que devuelva a los obreros su identidad. A mi modo ver, no se trata de una opción, si no lo hacemos nosotros lo harán los de siempre. Si los sindicatos y partidos obreros no se ocupan de las necesidades inmediatas de quienes dicen representar, lo harán organizaciones fascistas, la iglesia y otra basura ligada al capital. El populismo de los fascistas griegos con su reparto de comida, ropa y demás en los barrios les granjea simpatías que no van a parar hacia las fuerzas progresistas. Podemos llevarnos las manos a la cabeza, pero eso no sirve de nada. El capital se está preparando para la guerra, y no me refiero a tierras lejanas. Lo bueno sería anticiparse en lugar de ir a rebufo de los acontecimientos.    

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