Dos noticias

Carne sintética

Ahora nos dicen que en diez años nuestros filetes serán producidos en laboratorios. Quien dice diez años dice veinte, pero la cuestión es por qué quieren producir la carne en laboratorios. Ofrecen distintas razones, principalmente el gran impacto ambiental de las explotaciones ganaderas y la cantidad de recursos que consumen. Las vacas lo estropean todo y además beben y comen mucho. 

Como soy asturiano para mí las vacas son algo más que un dibujo en las tabletas de Milka, aquí das cuatro pasos y tropiezas con una vaca. Por eso, estoy en disposición de afirmar que el ganado lejos de destrozar el medio ambiente lo mantiene, allá donde hay explotaciones ganaderas hay montes cuidados y desbrozados, allá donde no hay explotaciones ganaderas no hay monte, o dicho de otro modo, el monte se convierte en selva, es el trabajo el que crea el monte. Esto respecto a la primera justificación de los laboratorios. Respecto a la segunda, ¿de verdad nos quieren decir que el hambre en el mundo se debe a que las vacas comen mucho? No pueden ser más descarados y sinvergüenzas. Hay comida de sobra para todos, si hay personas que se mueren de hambre se debe únicamente a que no pueden pagar la comida, así como en España hay comida de sobra pero cada vez más gente tiene que acudir a los llamados comedores sociales porque no tienen una perra en el bolsillo. Los supermercados están llenos de comida, el problema pues no está ahí, en el desperdicio.

Entonces, qué es lo que quiere esta gente. Pues controlar por completo la alimentación. Quieren el monopolio de los alimentos. Quieren privatizar el maíz, las manzanas, las naranjas, las lentejas, las ovejas y las vacas, las truchas y las sardinas, quieren quedarse con todo. Quieren que mi familia no pueda tener cuatro vacas para repartir la matanza sin pasar por caja, menudo atrevimiento, hay que comer filetes marca Monsanto.      

La explotación del Universo

Reconozco que hasta hace no mucho tiempo compartía las tesis verdes, nunca llegué al extremo de los pachamamistas pero me tragaba el cuento. Por ejemplo, pensaba que los recursos se agotaban y que al mismo tiempo nuestro futuro se tornaba imposible, ¿qué podríamos hacer sin petróleo, sin los metales raros, coltán y demás? El capitalismo es muy gastizo, y claro, el planeta tiene unos límites. Se trataría pues de repartir y gastar poco, retrasar la agonía con una especie de socialismo para pobres, pues si el planeta tiene unos límites insalvables por poco que se gaste tarde o temprano se alcanzarían los límites. Lo de desarrollarse, crecer, industrializarse... lagarto, lagarto, todo muy malo, horrible, el infierno, un Mordor global. 

Poco a poco, si se leen opiniones distintas, vas entendiendo de qué va el asunto, la íntima relación que existe entre las tesis verdes y el imperialismo más atroz. De hecho, si hoy situarse contra las tesis verdes es poco menos que una herejía, se debe a que son tesis dominantes, es decir, manejadas por la burguesía, pues en una sociedad burguesa ellos son los que controlan las ideas.

Todo esto lo digo porque dos empresas yanquis ya tienen proyectos para explotar el espacio exterior, pretenden apropiarse de los asteroides y planetas igual que de las sardinas, vacas y manzanas. Un Universo por explotar en su beneficio. Ese debe ser el límite del que tanto nos hablan. 

Es muy pronto para que estos proyectos se pongan a funcionar, pero es cuestión de tiempo.

Por lo que a mí respecta solo existe un límite, el de la paciencia. Los recursos, así como la cara dura de los que pretenden vendernos gato por liebre, no conoce límites, son infinitos. 

Nuestro problema sigue siendo el mismo, se llama capitalismo. Nuestro deber consiste en acabar con él construyendo el socialismo. Si lo hacemos así, los filetes serán filetes de verdad y además terminarán en nuestros estómagos, y los recursos de la Tierra y de más allá serán utilizados con el objetivo de proporcionar abundancia y calidad de vida a todos los habitantes del planeta, algo perfectamente posible excepto para la burguesía y sus palanganeros, a los cuales les interesa vender la escasez y el fin del mundo como destinos inevitables.