viernes, 28 de junio de 2013

Notas

Jóvenes proletarios y viejos proletarios

Al parecer la burguesía anda muy sensibilizada con el desempleo juvenil, ahora van a sacar un nuevo plan de estímulo desde Europa, o eso dicen. 

Todo son planes de ayuda para jóvenes, menos mal que sus famosos planes no valen ni para tomar por culo, de lo contrario sería para preocuparse. La burguesía es cruel, especialmente cuando dice querer ayudar.

Fíjense que razonamiento tan pedestre: si el desempleo juvenil es mayor se debe a que la nueva fuerza de trabajo que se incorpora al mercado en busca de empleo es, evidentemente, joven, los viejos ya estaban trabajando. Como la burguesía es incapaz de arrancar el chiringuito aquí no hay empleo para nadie, ni para jóvenes ni para viejos que se quedan en paro ni para hombres ni para mujeres ni para nadie. 

Nuestros charlatanes de feria intentan oscurecerlo todo, si escuchas sus mamarrachadas hasta puedes llegar a creer que se trata de un complot de jubiletas contra esos jovenzuelos de carnes turgentes y lidibinosas.

Ahora bien, si los jóvenes ganan menos que los viejos tal y como siempre anuncian a bombo y platillo, y teniendo en cuenta que los explotadores quieren aumentar sus ganancias, ¿por qué renuncian a explotar esa fuerza de trabajo? ¿Se han vuelto imbéciles? ¿Escrupulosos? ¿Buena gente?

Formación para regalar

El desempleo no existe por una fuerza de trabajo poco formada, tal y como algunos quieren vendernos, incluso desde supuestas teorías progresistas. Si los ingenieros se están largando del país dónde está la falta de formación. 

Hagan una prueba. Si están en el paro vayan a la oficina del INEM y pidan cita con el orientador laboral. Cuando llegue el día le preguntan qué diablos se puede estudiar para encontrar empleo. Yo lo hice. No saben lo ridículo que se siente uno con su correspondiente licenciatura preguntando a una funcionaria con cara de mema qué se puede estudiar para encontrar empleo.

Cuando decimos que el capitalismo anda a medio camino entre un manicomio y una casa de putas no intentamos contar un chiste.

¿Quiere un plan de pensiones?

La última oferta de trabajo que recibió este lincenciado fue para vender planes de pensiones. Como la chusma burguesa vive en el mundo de las apariencias, a vender la moto al personal lo llaman asesoría fiscal. Es decir, uno no sabe lo que va a hacer en su trabajo hasta que llegas a la entrevista final y te cuentan de qué va el asunto. Tres pruebas tuve que superar en dura competición para conocer mis funciones y las condiciones laborales. Pues bien, si las funciones eran rastreras las condiciones laborales eran todavía peores. Ni siquiera me hacían contrato, tenía que darme de alta en autónomos y trabajar a comisión.

Si ya lo dice la ex mujer progre de Amancio Ortega, no hay nada mejor que una buena educación para repartir oportunidades. Lo dirá por su ex, catedrático de física cuántica.

Rechacé la oferta, pero otros aceptaron, y todos lincenciados en derecho, económicas, relaciones laborales e incluso ingenieros, no estamos hablando de "gente sin formación que tiene que aceptar cualquier cosa", más bien todo lo contrario. 

Mi primo el poco formado

La verdad está ahí fuera, como dirían los de Expediente X. Y la verdad es que mi primo el poco formado, el del módulo de grado medio en mecanizado, está ganado entre 1.500 y 3.000 euros al mes en una empresa subcontrata de Aceralia. Es verdad que cuando dobla turnos no ve la luz del sol, literalmente. 

De mis colegas, la mayoría obreros especializados, casi ninguno está en el paro, y si quedan en paro no tienen grades dificultades para encontrar otro trabajo. Eso sí, cada nuevo contrato que se firma es peor que el anterior, vamos dirección al siglo XIX. 

A este licenciado se le cae la baba, porque ni puedo soñar con un salario, de hecho empiezo a pensar que no volveré a trabajar en la vida salvo que me forme, sí, pero a la baja. Para tener alguna posibilidad de trabajar voy a tener que esconder mi licenciatura y formarme como obrero especializado. 

Pequeña empresa, gran desesperación

Mi profesión es de esas que llaman liberales, más de uno me dice que me ponga por mi cuenta, deben pensar que las perras caen del cielo, deben pensar que el hijo de un obrero se convierte en burgués porque el rey le firme un diploma. 

Pero incluso aunque tuviese dinero, justo ahora montar una empresa es un suicidio. En mi barrio abren tan rápido como cierran. Son auténticos desesperados. Proletarios hartos de pudrirse en el paro queman su último cartucho. Proliferan las peluquerías y los bares, pero también consultas de fisioterapia, de odontología, clases de yoga y pilates, de todo, la competencia es brutal para un mercado mucho más pequeño, razón por la cual la mayoría tiene que cerrar en uno o dos años, en el mejor de los casos lo hacen sin deudas. 

Yo les diría que no lo hiciesen, que si quieren abrir un negocio es mucho mejor esperar a la recuperación de la economía. Pero claro, no habrá tal recuperación sino todo lo contrario. 

Es verdad que al compás de la degeneración surgen nuevos sectores muy lucrativos. Por ejemplo, el sector de la superchería. Brujas, adivinos, tarotistas... incluso montan negocios a pie de calle y se anuncian en grandes carteles. El proletariado atemorizado por los explotadores acude a esta gentuza para solucionar sus problemas, se están haciendo de oro. Otro sector en alza es el de los empeños y la usura, las joyas de la abuela y los pequeños créditos a intereses descomunales ofrecidos en oficinas de mala muerte por mafiosos. 

Un vistazo a la vida empresarial de los barrios nos dice más de la realidad económica del capitalismo que mil expertos de la burguesía con sus datos de la bolsa y sus predicciones mercenarias.

Servicios sociales, servicios amorales

Con tanto explotado desesperado los servicios sociales hacen su agosto. Como decía antes, la burguesía cuando ayuda mete miedo al susto, por eso acudir a los servicios sociales es más peligroso que irse a vivir en plan anacoreta al monte más cercano. Uno entra pidiendo ayuda y sale sin la custodia de sus hijos o con un billete de ida al psiquiátrico. Nunca se sabe con esta gente. 

Ayudar no ayudan, salta a la vista. Todos los días vemos crecer la miseria. Entonces, para qué carajo los queremos. Pues para que nos controlen pero bien, para eso y para nada más. 

Lo "social" es otra de las grandes contribuciones de los progres a la historia del pensamiento universal. Ayudas "sociales", políticas "sociales", asistentes "sociales"... ¡vaya pandilla de jesuitas! Nada más que ruina y más ruina. 

De las políticas sociales a las políticas socialistas hay una gran diferencia. Que todo el mundo tenga claro que de esta no salimos odiando a los viejos ni con más formación ni con planes de empleo ridículos ni con políticas sociales ni con orientadores laborales ni con pequeños tenderetes de bragas y calzoncillos ni con gaitas en vinagre. Si hay un futuro para el proletariado este pasa por el socialismo, pasa por poner a nuestro servicio todos los recursos y medios de producción que hoy acaparan los criminales burgueses. El resto es marear la perdiz y joder más al personal que ya está pero bien jodido.

2 comentarios:

  1. Con los 6 apartados que escribes, pones al día a todxs los que siempre dicen "que esto va a cambiar" y yo, que comparto tus análisis y que te felicito por tu fina ironía, les digo: ¡abrir los ojos de una vez esto es el Capitalismo¡ y no hay salida con esta podredumbre. Sólo el SOCIALISMO con mayúsculas con iniciativa obrera sería capaz
    de cambiar el estado de cosas. Gracias por tus escritos, son una pasada...,M

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