Si hay algo peor que un orgulloso reaccionario es un reaccionario vergonzante, de esos que se esconden tras la chaqueta de pana y las cicatrices que batallas pasadas les proporcionaron, o eso dicen, y que hoy usan como excusa para poder vomitar alegremente cualquier basura derechista contra todo aquello que huela a socialismo.
El escritorzuelo de Público y mamporrero del PSOE, el señor Manolo Saco, en su chatarra de hoy nos brinda un mezcladito que no hay por donde cogerlo (he aquí), me limitaré a comentar aquellos puntos que por su evidente maldad o falsedad resultan de importancia.
Tras algún chascarrillo se descuelga con lo siguiente:
“Lo que demuestra que el miedo a la crítica no es privativo de sociedades dictatoriales o totalitarias. Basta con rascar en la piel de países como Italia o Venezuela para comprobar que la restricciones a la libertad de opinión y crítica son un recurso recurrente, con el empleo de los más variados y peregrinos argumentos, y siempre por nuestro bien, por supuesto”
En primer lugar, comparar a Venezuela con Italia tiene tanto sentido como comparar a Saco con cualquier cosa que se le parezca a un izquierdista. Ni su modelo político es el mismo, ni su condición geopolítica es la misma, ni sus jefes de Estado actúan del mismo modo. Pero más allá de eso, lo fundamental es que en Venezuela existe una absoluta libertad de opinión y crítica llegando incluso al delito: desde llamados al magnicidio hasta el apoyo decidido a golpes de Estado pasando por barbaridades generadoras de paranoia, como que el Estado pretende quitar la patria potestad a los padres venezolanos o que el gobierno vigila a sus ciudadanos a través de las bombillas de bajo consumo que les regalan. Es decir, auténtico terrorismo mediático, sería imposible resumir aquí la panoplia de barbaridades que la prensa venezolana controlada por la oposición suelta por sus bocas con total impunidad y que no debería ser permitida. Desgraciadamente a estos delincuentes, que no periodistas, se les permite.
Cualquier persona medianamente informada sobre la realidad venezolana sabe perfectamente que en ese país existe libertad de expresión y de crítica, tener que defender semejante obviedad nos muestra la verdadera dictadura mediática en la que vivimos, controlada por personajes como Saco y otros mercenarios de la pluma.
Después de algunas palabras sobre el franquismo que nada tiene que ver con la revolución venezolana, que es el verdadero objetivo del artículo, pero que usa para confundir al personal, escribe lo que sigue:
“En Venezuela, que se ha revelado como uno de los países de Latinoamérica con mayor índice de asesinatos, muy por encima de las ya míticas cifras de Colombia o México, el gobierno intentó torpemente censurar los datos recolectados por su Instituto Nacional de Estadísticas prohibiendo publicar “fotos, informaciones y publicidad” sobre violencia, sin duda porque la situación de caos e inseguridad que reflejaban esos datos no encajaban bien con la situación idílica de la revolución bolivariana. No lo han conseguido gracias a un tribunal que anuló en parte la orden gubernamental”
Esta parrafada es pura basura mendaz. Primero porque no es cierto que Venezuela sea el país más violento de su entorno. Ni por cantidad ni por la naturaleza de esa violencia. Porque no es lo mismo una violencia amparada y financiada por el Estado como en Colombia, Méjico, Honduras y otros países con fosas comunes incluidas, a un país como Venezuela cuyo problema con la violencia está fuera del Estado, y que no es un problema que haya surgido del actual gobierno, viene de lejos por desgracia. También se debe tener en cuenta que gran parte de esa violencia proviene de la hermana República colombiana que con sus grupos organizados en forma de paramilitares y narcotraficantes se cuela por la frontera. Sin duda es responsabilidad del actual gobierno venezolano poner freno a la violencia, asunto grave que tendrán que solucionar, y cuanto antes mejor.
En segundo lugar, el gobierno venezolano no intentó “censurar torpemente” los datos del Instituto Nacional de Estadística, fue un juez, un funcionario del Estado, en concreto William Páez, juez 12º de Primera Instancia de Mediación y Sustanciación, el que dictó una sentencia mediante la cual prohibía la publicación de imágenes de contenido violento a todos los medios impresos. A todos los medios. Y no datos, imágenes, fotos.
Es decir, ni fue una “orden gubernamental”, ni se trata de “datos” sino de imágenes, ni nada tiene que ver con el "Instituto Nacional de Estadística" sino con los medios, todos ellos. Fue el mismo juez que dictó la sentencia quien después revocó parte de ella. Me imagino que se dio cuenta de su torpeza. En efecto, un país como Venezuela tiene que andarse con cuidado porque se encuentra bajo libertad vigilada por seres inescrupulosos que aprovechan la más mínima oportunidad para difamar de matute al proceso de cambio que se está viviendo en Venezuela. Su sentencia sólo ha servido para desatar una nueva campaña internacional contra el legítimo gobierno venezolano y su modelo socialista.
Y al fin remata su artículo de esta forma:
“Un traspiés, no más. Como sabéis, allí el humor en la información lo pone directamente el presidente Hugo Chávez en su programa televisivo. Si aquí, en una dictadura, conseguimos torear a los tribunales con el recurso del humor, ¿qué tribunal podrá resistirse al ingenio del líder de la revolución democrática bolivariana?”
Traspiés el suyo, que ha mentido con mala baba, y que por más que lo intente no podrá nunca disimular su aliento reaccionario. Después de pasarse el artículo mintiendo descaradamente termina por volcar sus prejuicios y sus odios contra el jefe de Estado de Venezuela que, así es, puede vanagloriarse de ser un tipo con sentido del humor, gracia de la que carece el señor Saco aunque lo pretende en todos sus bodrios que quiere hacer pasar por ingeniosos artículos.
A uno siempre le queda la duda, ¿será que estos señores de la prensa están mal informados o bien simplemente va con el sueldo? En cualquier caso, ya sea maldad o estupidez, los lectores están recibiendo información falsa, ahí está lo grave del asunto. Porque las opiniones deben basarse en hechos reales no en puras invenciones.
A uno siempre le queda la duda, ¿será que estos señores de la prensa están mal informados o bien simplemente va con el sueldo? En cualquier caso, ya sea maldad o estupidez, los lectores están recibiendo información falsa, ahí está lo grave del asunto. Porque las opiniones deben basarse en hechos reales no en puras invenciones.
Virgen del Amor Hermoso, un blog estalinista puro a estas alturas....
ResponderEliminarA estas alturas que se cae el capitalismo a pedazos...
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