Tamer
Sarkis Fernández,
DIARIO
UNIDAD/REVISTA PENSAMIENTO DEL SUR
¿Qué ha obtenido Qatar para tomar parte activa en el Plan
estadounidense de Ingeniería del Derribo contra el que llaman
“Régimen” sirio?
PARTE PRIMERA
1.
Capitalización de las Rentas petroleras y empleos del Capital
dinerario resultante en Arabia Saudí y los Emiratos del Golfo
Las petro-monarquías del Golfo Árabe y de la Península Arábiga meridional llevan décadas realizando una gigantesca “acumulación originaria de Capital” gracias a la extracción y venta del oro negro y en menor medida de refinados. Si atendemos a la cuestión de qué están haciendo unos y otros Estados con la masa de Capital dinerario amasada, nos topamos con una diferencia radical:
A.
Podemos colocar a un lado al Reino de Arabia Saudí, país que no ha
renunciado a proseguir con su economía característicamente rentista
basada en importaciones mercantiles sustentadas por el petróleo,
tanto como basada en hiper-explotación de Fuerza de Trabajo
inmigrante, en compra de Fuerza de Trabajo hecha servil o
semi-esclavizada por ejemplo en el ámbito doméstico o en la
construcción, y basada finalmente en apertura a importaciones de
capitales sobre todo anglo-yanquis.
Dicho esto, Arabia Saudí ha venido
convirtiendo crecientes cuotas de capitales dinerarios en capitales
crediticios (a través de, por ejemplo, el Banco
Franco-Saudí, operante
en decenas de países, Siria entre ellos).
Por lo demás, los saudíes
acostumbran a repartir en especulación bursátil las sucesivas
Cuotas de Acumulación ampliada, concentrando esa actividad, cómo
no, en los sectores más rentables de cada coyuntura.
El reino wahabí también sitúa su
capitalización de la vieja renta petrolera, en la construcción,
re-estructuración y dirección de centros de ocio suntuario. Esta
última destinación no deja de ser “improductiva” donde las haya
en la acepción marxista de “trabajo improductivo”, pues con ella
se obtienen beneficios pero no se crea plusvalía, limitándose el
dinero de los ricos a rodar y a circular entre manos. La
colocación de capitales saudíes queda poco menos que completa con
el trazado de comunicaciones internas (tren de alta velocidad en
perspectiva, al que monopolios españoles deben aportar tecnología y
obras), así como con el diseño y desarrollo de equipos propios (por
ejemplo, en aerolíneas).
Cabe decir que el Estado español
selló recibir la concesión de esa infraestructura ferroviaria,
“gracias a” su participación militar y mediática en la masacre
libia -muy al gusto y convenio de los saudíes.
Así mismo, la postura
gubernamental española en lo que se refiere a la “crisis” siria
sirva quizás para afianzar esas concesiones y para redoblarlas:
España envió partidas de pistolas Llama
y de granadas que, contando con Arabia Saudí como intermediaria, han
estado llegando a los mercenarios del Imperialismo con objeto de
abastecer sus matanzas de civiles en territorio sirio (fueron
empleadas por ejemplo en Houla).
B.
Frente a este cuadro saudí, mucho más “apocado” y conservador
en lo que respecta a dar el salto desde el rentismo al inversionismo,
hallamos a Estados como los Emiratos Árabes Unidos (Abu Dhabi,
Dubai...), Kuwait y Qatar, quienes persiguen hacerse con áreas de
influencia geográfica (por ejemplo, Bahrein, Siria, Líbano, Irak o
Irán) donde invertir a placer en capitalizar tramos de producción y
procesos productivos.
Uno de los raseros primordiales a
la hora de decidir en qué sectores y producciones invertir, ha de
ser -cómo no- la proyección mercantil por ejemplo qatarí hacia el
exterior. En otras palabras: los propietarios reales
de la producción estudian cuál es su propia ubicación -de
facto o potencial- en
porciones del mercado mundial, y con arreglo a ese criterio apuestan
por unas u otras mercancías.
El
otro gran criterio de selección que prima entre estos nuevos países
de notable potencia, consiste en empeñarse en producciones que
sirvan a las necesidades -o a las demandas- de su propio mercado
interior. Hablamos del mercado de consumo final o bien del mercado
productivo (fabril, empresarial, corporativo...) en apertura y en
“deslocalización”.
2.
Qatar en búsqueda de mercados cercanos de capitales: bajo el ala de
USA, invirtiendo para USA
La
contradicción de mayor peso que estas nuevas potencias
inversionistas tienen que afrontar, es el hecho de haber llegado ya
relativamente tarde -con desfase histórico notable- a los mercados
de capitales, territorios muchos de ellos “atados y bien atados”
a las líneas imperialistas clásicas que los atraviesan (o
territorios a quienes distintas Potencias tradicionales se esfuerzan
por seguir controlando a pesar del proceso de “emergencia” y
“multi-polarización” en curso). Por tanto, los nuevos
incorporados a proyectar capitales no tienen más remedio, con objeto
de resolver esta contradicción y hacerse hueco, que entrar a servir
a quien fue una vez según ellos, el Gran Impío, el Infiel,
Babilonia. Devienen, así, los Igor del Gran Vampiro; los recaderos
del Hegemonismo yanqui por el momento en monopolio mundial.
La
balanza de clientelismo-Patronazgo que, a imagen de los viejos
Estados Antiguos pre-feudales, establecen hoy Vasallo y Potencia
hegemonista, consiste en la prestación/contra-prestación siguiente:
Los Estados Unidos están faltos
actualmente del menor estímulo a consumar la función
capitalista “normal”
de re-invertir en sus propios procesos productivos en marcha
densificándolos de capitales (lo que Marx llama “incremento de la
Composición Orgánica del Capital”). Ello es debido a la honda
crisis de rentabilidad capitalista en que los Estados Unidos yacen:
la Tasa de Ganancia marginal, o resultante de ampliar una vez más la
producción incorporándole a ésta nuevos capitales físicos, es
menor que la Tasa de Ganancia obtenida sin invertir en ampliar la
producción.
Los Estados Unidos no pueden, pues,
rentabilizar esos capitales incorporándoselos a sí mismos (se trata
de capitales sobre-acumulados), sino que deben impulsar la “venta”
forzosa de los mismos a países que el Hegemonismo consigue doblegar,
y a quienes vuelve dependientes.
Pero mejor opción que ésa última
relacionada con plusvalías realizables a través de la venta de
capitales a terceros, es encasquetar a esos países, por la Ley del
Embudo, tales capitales estancados, poniéndolos a funcionar en
nuevos procesos y tramos productivos, que signifiquen desde luego no
una nada rentable Reproducción ampliada de los procesos ya
saturados, sino una diversificación con que aumentar la Masa total
de plusvalía.
En
esta misma “modalidad” de exportación imperialista de capitales,
hay que incluir todos aquellos capitales que son puestos a operar
siendo engarzados a los procesos productivos imperialistas
matriciales, pero incorporándolos de tal forma que añaden
Valor al complejizar, al
complementar o alterar el valor de uso del producto matricial.
Hablamos de “aditivos productivos” que implican una nueva
transformación de la materia e incrementan el tiempo de trabajo que
es necesario consagrar (o “magnitud de Valor” en El
Capital, Libro
I, Sección I, Mercancía
y dinero).
Sin embargo, la pregunta es
entonces: ¿cómo cumplir, por ejemplo en Siria y en decenas de
países más, con este reto de re-cobrar la maltrecha Tasa de
Ganancia a través de la venta de capitales físicos y de su
inserción territorial y puesta en marcha..., sin
antes haber liquidado a un Sistema Político que en Siria trabaja en
favor de conseguir cuotas de soberanía productiva y en tal medida
des-sujetarse frente a esos precisos capitales a exportar?
En
este punto, el dilema que atemoriza al Imperialismo es, básicamente,
de orden político, y no de orden económico, tal y como queda
demostrado por el hecho siguiente:
Cuando en determinadas etapas la
línea siria gubernamental ha sido de “apertura” a inversiones de
capitales (la llamada “liberalización”, entre 2001 y 2011), el
Imperialismo no solamente NO
ha “aprovechado” para exportarlos. Sino que, por el contrario, el
Imperialismo ha perseverado entonces en su bloqueo tecnológico y en
su blindaje sobre la venta de secreto industrial y técnico, así
como en obstaculizar las transferencias de dinero a Siria y las
inversiones extranjeras.
Y
es que, en efecto, el Imperialismo teme incluso las vías hacia el
“desarrollo económico
dependiente” que en el pasado han sido emprendidas por unas
instituciones políticas
sirias ajenas a su propia órbita centrípeta. Los Estados Unidos no
quieren una Siria que emplee la importación de capitales poniéndola
un día bajo un proyecto englobante de generación de bases
materiales para adquirir mayores escalas de independencia, por
ejemplo a través de futuras nacionalizaciones de los capitales
desplegados o a través de adquirir y emular la ingeniería externa
provista. La Contradicción Principal es aquí la que sigue:
CP: Necesidad USA de
exportar capitales
versus
necesidad USA de impedir
exportaciones bajo un Sistema Político no domesticado;
y más tomando en cuenta el Imperativo superior de seguridad israelí
y la necesidad israelí de hegemonizar un “Nuevo Oriente Medio”
traducido para ellos a efectos de “mercado común medio-oriental”
consumidor de sus mercancías y créditos.
Llegados a este puerto de la
exposición, el lector deducirá en qué reporta, este matrimonio,
conveniencia a cada cónyuge:
Qatar posee voluntad, capacidad y
necesidad de exteriorizar su Capital, depositándolo en países que
el imperialismo va a transformar en mercados para sus empresas, para
sus mercancías de producción deslocalizada, para su entramado de
prospección petrolera, y para sus préstamos (cabe recordar, a estos
efectos, que Siria es ahora el único país libre de deuda externa).
A
los Estados Unidos, por
contra y complementariamente,
no les es rentable ser ellos los agentes directos de un aumento de
sus propias dimensiones empresariales, ya que la Ganancia extra no
compensa la inversión adicional previa. Así, serán en cambio los
qataríes quienes
acometan la inversión capitalista “normal”,
porque pueden y poseen motivación ganancial. Ello mientras, por su
parte, los Estados Unidos garantizan, con su poderío militar y de
“inteligencia”, el tranquilo curso de la conquista directa qatarí
de mercados.
Por supuesto, los Grandes Jefes
yanquis se cobran “su parte” y así consiguen acumular pero no
por pulso propio económico (muy debilitado), sino en base a dos
factores:
1)
A su dominio político-militar sobre el proceso económico directo y
sobre el inversor qatarí. Este primer factor se traduce
fundamentalmente en gravámenes percentuales de beneficio USA sobre
la Ganancia empresarial, así como en reclamas de participación USA
(a través sobre todo de sus fondos de inversión) en la estructura
real de propiedad/dividendos de las empresas qataríes rentables
(superposición de la propiedad real a la propiedad jurídica).
2)
A su dominio político-militar y financiero sobre el territorio al
fin amordazado y sobre el nuevo pseudo-Estado (colonia) en
despliegue. De llegarse a esa tesitura, ella muy probablemente
reproduciría el “caso” irakí, donde el nuevo “Estado” es
gestionado directamente por personal estadounidense civil: alrededor
de 16.000 funcionarios estatales y de “inteligencia” han sido
puestos en funcionamiento por la Metrópoli, y mantenidos tras la
retirada militar. Este segundo factor halla traducción en concepto
de:
Inauguración de ligámenes de
“deuda externa” siria;
Expolio directo USA sobre materias
primas y sobre componentes productivos;
Auditoría estadounidense sobre
“las nuevas necesidades de financiación estatal y sectorial”;
La
citada “venta” de capitales USA sobrantes;
Redactado directo (por medio de la
OIT, FMI, etc.) de las condiciones jurídicas laborales en Siria y
por extensión en el marco de las empresas directas entre las que el Hegemonismo yanqui va a percibir cuota de beneficio;
Etc.
Pero este tandem
con
Qatar, del que los
Estados Unidos beberán plusvalías indirectas mientras le clavan al
cuello sirio los colmillos del sometimiento financiero, requiere de
los vasallos hacer el trabajo sucio preparatorio -procurando el
agotamiento de la presa- hasta vencerla en manos de esos dueños que
han echado a volar a sus halcones regionales.
Así, Qatar entrena y envía
caza-recompensas.
Financia y lidera el frente bélico
propagandístico por medio de Al-Jazira.
Prepara campos de lanzamiento y los
mantiene.
Acoge en su territorio a
desertores, y los compra cuando puede.
Sus patentes constructoras
anduvieron operando por años en los subsuelos sirios cavando decenas
de escondrijos para arsenales y para sus escuadrones de la muerte,
además de km de túneles partiendo de las ciudades hacia terrenos
próximos a las fronteras con Líbano, Jordania, Turquía, Irak.
El
Emir de Qatar encabeza la “presión” a Siria a través de la Liga
Árabe.
El
mismo Emir aloja a los Jeques que predican la matanza poblacional.
Abastece de armamento a sus
marionetas pagadas o de cerebro lavado por Qatar mismo y por la CIA
en sus campos de Doctrina y en su tejido de mezquitas infiltradas.
Y,
en fin, Qatar prosigue con aquella lógica que ya mantenía cuando
hace varios años empezó a formar en suelo propio un ejército de
mercenarios teniendo por objetivo mermar las fuerzas de Siria hasta
entregarla en bandeja al Patrón, cuyo ideal de agresión se cifra en
victoria segura a coste casi nulo, siendo, de otro modo, asunto “no
tolerable” para la indolencia social yanqui (ver el concepto de
“guerra virtual” en la pluma de Norberto Ceresole).
PARTE SEGUNDA
3.
Exposición del Contrato entre Qatar y USA para la participación
qatarí en la remodelación del Mundo Árabe
Junto a USA, Alemania, Francia, el
Reino Unido, Holanda, Bélgica, Suiza, Israel y otras monarquías del
Golfo Pérsico, Qatar forma parte del puñado de burguesías
monopolistas que se reparten el 45% de la Bolsa española y el 70% de
sus dividendos. “Paralelamente”, invierte en la producción de
“grandes” espectáculos deportivos, en el F.C Barcelona y por
tanto en las propias inversiones bursátiles que el club hace a
través de sus pantallas, también invierte Qatar en producción y
comercio de armas (Qatar
Foundation), en
genocidios como el sufrido por Libia, en la concesión de créditos a
la reconstrucción o en hacerse cargo directo de obras de
reconstrucción, en extracción petrolera y oleoductos, así como en
agro-industria, monocultivos transgénicos, cultivos
“bio-energéticos”, en instituciones penales y para-penales “de
integración”, y en control sobre la pobreza y su productivización
(ONGs).
Hace varias semanas el periódico
israelí Yehediot Aaronot
publicó
una serie de demandas qataríes contraídas con los Estados Unidos y
formalizadas con firma de Acuerdo. Quizás se trate de la punta del
iceberg; su
salida a la luz bien pudiera obedecer a un plan premeditado de
“filtraciones” que muestren algo con objeto de velar mucho más.
Sea como fuere, desgloso las cláusulas a continuación:
1.
Los proyectos empresariales concernientes a los estadios y a las
dependencias deportivas que Qatar habrá de construir para la Copa
del Mundo de fútbol de 2022, serán concedidas estrictamente a dos
constructoras estadounidenses: Moddiolar
Construction System
y Star Joseph.
2.
USA mantiene derecho a nuevas inversiones petroleras y energéticas
en Qatar, y con especiales facilidades.
3.
Permitir sin condiciones la actuación estadounidense en el campo de
la información-propaganda durante el Mundial. Dotar a los Estados
Unidos de sofisticados medios que han de irse desplegando en Qatar ya
desde 2020.
“Paralelamente”,
existen Acuerdos sin relación
aparente
con el Mundial, que engloban temas políticos diversos, siendo el más
importante entre los mismos el problema llamado “Oriente Medio”
(u Oriente Árabe):
1.
Qatar se compromete a mejorar su papel en la zona, dándole a éste
una vocación dirigente, y esto será intentado mediante el cultivo y
promoción de relaciones directas y especiales con Siria, con Líbano
y con Turquía. Dichas relaciones deberán ser desarrolladas con
objeto de que acaben conduciendo a abrir el portal de las relaciones
directas con Hezbu-Allah,
Hamas
y Yihaad islámica.
2.
Convencer a la dirección siria para que abandone su apoyo a las
organizaciones de resistencia (Al-muqawama),
por ejemplo palestinas, por medio de proyectos de apoyo a ejecutar en
Siria y que deben dar empleo a gran número de sirios. Ello a fin de
ganar la simpatía y el respeto del Pueblo sirio hacia el Emir
qatarí.
3.
Continuar con el apoyo al sur del Líbano en lo que se refiere a la
reconstrucción y a proyectos de inversiones que propicien
acercamiento entre Hezbu-Allah y Qatar, a fin de desvelar las
posiciones de su Secretario General -Hassan Nassarallah- y a su vez
los lugares que éste último frecuenta. Ello será intentado por
medio de sencillos regalos que le serán ofrecidos para facilitar el
trabajo a los satélites, procurándose localizarlo con exactitud.
Esta táctica funcionó con el Fundador de Hamas (quien fue asesinado
haciéndose uso de satélites) y otros dirigentes.
4.
Presionar a Turquía, y especialmente a Ordogan, para romper
paulatinamente con Siria, fabricando un “problema” entre ambos
países e inventando-produciendo un fuerte conflicto respecto de los
kurdos. Siria será acusada de prestar apoyo a la resistencia
nacional kurda y la acusación será posteriormente “confirmada”
por informes que la Casa Blanca hará llegar al Emir qatarí. Este
último empleará los documentos como cartas de presión a Turquía,
precipitándola contra Siria en relación a la cuestión de los
kurdos sirios e irakíes.
5.
Ofrecer apoyo material -financiero- al presidente de Irak a fin de
que éste pueda tomar decisiones firmes en Irak y por consiguiente
apuntalar el papel decisivo de los Estados Unidos, actor que así
manejará con solvencia la política irakí en base a principios que
posteriormente representarán ni más ni menos que los intereses
geopolíticos y económicos qataríes.
6.
Qatar se comprometerá a no injerir en asuntos internos libaneses,
reservando su papel a ganar el apoyo de los libaneses del sur (ver
punto 3º del Acuerdo).
7.
Aumentar el papel de Al-Jazeera a través de volcarla en cubrir
informativamente una serie de asuntos de interés y de sensibilidad a
lo largo y ancho de los países árabes, de acuerdo con planes que la
cadena recibe desde instituciones informativas estadounidenses
especializadas en dar
tratamiento
al Mundo Árabe.
8.
Utilizar la propaganda con objeto de crear el caos en el Mundo Árabe
mediante la difusión de supuestos documentos relativos a corrupción
en países árabes, sobre todo Siria. Este elemento será combinado
en todo momento con la campaña mediática en pro de empujar a los
ciudadanos árabes a movilizarse hacia el cambio.
9.
Expandir la propaganda auto-apologética del Estado qatarí por medio
de su canal Al-Jazeera, así como a través de nuevos canales
televisivos o cadenas radiofónicas en varios países árabes.
10.
Apoyar aquellos programas y proyectos del Golfo Árabe que sirvan
especialmente al refuerzo de la postura de esos Estados frente a
Irán, con objeto también de minar el desarrollo energético nuclear
iraní.
11.
Reforzar relaciones con países de América Latina, y privilegiarlas,
a fin de abrir vía hacia la consumación de objetivos y de planes
que con posterioridad servirán a los intereses del Emir qatarí.
12.
Ofrecer apoyo a determinados grupos al interior de los Pueblos
oprimidos dentro del Mundo Árabe -y a otros más que dicen estarlo.
Apoyar, así pues, a los sunníes en Bahrein, a los kurdos en
Turquía, a los armenios en Siria, a los drusos en Líbano, por medio
de financiación, y de apoyo informativo a sus problemas y a sus
reivindicaciones.
Así
mismo, las peticiones económicas a Qatar son:
1.
Influir sobre la OPEP controlando su producción petrolera, así como
las exportaciones desde Qatar y el Golfo Árabe.
2.
Promulgar importantes acuerdos financieros con países árabes, con
el objetivo de hacerse con el control de vastas extensiones de tierra
y de proyectos económicos de peso tanto en países de Oriente Medio
como más ampliamente en países árabes. La finalidad es el uso de
esos territorios a modo de bases y centros de espionaje, ya durante
la ejecución de estos proyectos, a los que se procurará dar
duración indefinida e ilimitada en el tiempo. Con ese propósito, se
inventarán o crearán problemas y asuntos por resolver, que
perdurarán sin resolución, dificultándose o impidiéndose culminar
esos proyectos en el tiempo en principio acordado.
3.
Promulgar Contratos de navegación aérea y turísticos a largo plazo
con Estados europeos, con objeto de dominar, en etapas posteriores
más avanzadas, la navegación aérea entre el Golfo Árabe y los
Estados europeos.
4.
Hacer lo posible en pro de promulgar acuerdos en materia de
explotaciones energéticas y petroleras con Irán sobre territorio
qatarí, convirtiéndolos posteriormente en papel mojado pero
mejorando así las relaciones con Irán durante el lapso temporal
intermedio (lapso de fraude).
5.
Qatar financiará, con las cantidades que fueran precisas, algunos de
los Artículos de este Acuerdo, especialmente aquellos referidos al
sur del Líbano, a Siria y a Irán.
Pero
quizás el Artículo más ilustrativo y decisivo del Acuerdo sea el
que hace alusión a la prerrogativa estadounidense:
Los
Estados Unidos tienen derecho a derogar el Acuerdo en cualquier
momento, si se demuestra que Qatar no ha cumplido o no está
cumpliendo su papel asignado en lo que se refiere a la ejecución del
mismo. A partir de la derogación, los Estados Unidos pasarían a
presionar a la FIFA con objeto de que ésta rescinda la celebración
del Mundial de 2022 en Qatar.
A
tenor de este último Artículo, los Estados Unidos tienen también
derecho de añadir nuevos Artículos en consonancia con la próxima
etapa prevista de implementación del Plan hegemonista de “Primavera
Árabe”. La materialización de esta última prerrogativa de
añadidura de cláusulas, podrá darse a cambio de la transferencia
de determinadas cantidades dinerarias, que se re-acuerden entre los
Estados Unidos y Qatar, y que habrán de girarse a cuentas bancarias
que la Sheikha Moazeh, esposa del Emir de Qatar, tiene en Suiza.
Tamer
Sarkis fernández, DIARIO UNIDAD/REVISTA PENSAMIENTO DEL SUR
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