jueves, 8 de julio de 2010

Discurso de Nasser

El Cairo, 15 de septiembre de 1956

En estos decisivos días en la historia de la humanidad, en estos días en los cuales la verdad se esfuerza para ser reconocida en el caos internacional donde prevalecen los poderes de la dominación perniciosa y el imperialismo. Egipto pretende preservar con firmeza su soberanía. Nuestro país pretende unánime y firmemente preservar su dignidad frente a los esquemas imperialistas de un número de naciones que han desenmascarado sus deseos de dominación y supremacía.

En estos días y en estas circunstancias Egipto ha decidido mostrar al mundo que cuando las pequeñas naciones resuelven preservar su soberanía, realizarán todo lo que el derecho les otorga y que cuando esas pequeñas naciones están decididamente determinadas a defender sus derechos y a mantener su dignidad, sin duda alguna obtendrán con éxito sus fines…

Hablo en nombre de cada uno de los árabes de Egipto y en nombre de todas las naciones libres y de todos aquellos que creen en la libertad y están resueltos a defenderla. Me pronuncio en nombre de los principios de estos países de la Carta Atlántica. Pero ahora ellos están violando esos principios y se ha vuelto de nuestro lado la responsabilidad de reafirmarlos y establecerlos de nuevo.

Haremos todo lo posible por cooperar con aquellos que pretenden asistir a las pequeñas naciones y que han prometido colaborar con nosotros. Dijeron que pagarían la construcción del Gran Canal y entonces retiraron su oferta provocando la incertidumbre en la economía egipcia. ¿Estamos en nuestro derecho de reclamar la soberanía? Egipto insiste en que su soberanía debe permanecer intacta y rehúsa compartir parte de su soberanía a cambio de un saco de monedas.

Egipto nacionalizó la Compañía Egipcia del canal de Suez. Cuando Egipto garantizó la concesión a De Lesseps estaba establecido en la concesión entre el gobierno egipcio y la compañía egipcia que la compañía del canal de Suez es una compañía egipcia sujeta a la autoridad egipcia. Egipto nacionalizó esta compañía egipcia y declaró que sería preservada la libertad de navegación.

Pero los imperialistas se pusieron furiosos. Gran Bretaña y Francia dijeron que Egipto arrebataría el canal de Suez si éste formaba parte de Francia y Gran Bretaña. El secretario de Asuntos Exteriores británico olvidó que sólo hace dos años firmó un acuerdo que consideraba el canal de Suez como parte integral de Egipto.

Egipto declaró que estaba dispuesto a negociar. Pero tan pronto como las negociaciones empezaron comenzaron las amenazas u las intimidaciones.

Eden señaló en la Cámara de los Comunes que no habría discriminado entre los estados para utilizar el canal. Nosotros por nuestra parte lo reafirmamos y declaramos que no habrá discriminación entre los que utilicen el canal. También dijo que Egipto no está apoyado por el nacionalismo árabe y que actuaríamos contra su política, cuyo objetivo es la protección de Israel.

Hoy hablan de una nueva asociación cuyo principal objetivo es robar a Egipto el canal y privarle de sus naturales beneficios. Las sugerencias formuladas por Eden en la Cámara de los Comunes que han sido respaldadas por Francia y Estados Unidos son una clara violación de la convención de 1888, por la cual es imposible disponer de dos organismos que dirijan la navegación en el canal.

En su acometida contra el nacionalismo árabe. Eden admite de hecho que su objetivo real no es Abdel Nasser sino que se trata de derrotar al socialismo árabe y aplastar su causa. Eden habla y busca su propia respuesta. En la actualidad, los egipcios son plenamente conscientes de sus derechos soberanistas y el nacionalismo árabe está absolutamente esperanzado ante su nuevo destino.

Aquellos que ataquen a Egipto jamás saldrán vivos de Egipto. Lucharemos en una guerra regular, una guerra total, una guerra de guerrillas. Aquellos que ataquen Egipto entenderán muy pronto que un gran desastre se cierne sobre ellos. Los que ataquen Egipto atacarán a la totalidad del mundo árabe. Dicen en sus documentos que todo ocurrirá en menos de cuarenta y ocho horas.

No saben realmente lo equivocados que están.

Creemos en el derecho internacional. Pero jamás capitularemos. Mostraremos al mundo como un pequeño país puede presentar batalla a las grandes potencias que amenazan con armas poderosas. Egipto puede ser una pequeña potencia pero es una gran nación puesto que tiene fe en su poder y sus convicciones. Estoy convencido de que cada egipcio participa de las mismas convicciones que tengo yo y cree en las mismas cosas que yo siento ahora.

Defenderemos nuestra libertad e independencia hasta la última gota de nuestra sangre.

Éste es el sentimiento compartido de cada egipcio. La totalidad de las naciones árabes permanecen junto a nosotros en nuestra común lucha contra la agresión y la dominación. Los pueblos libres, los pueblos que son realmente libres, están junto a nosotros y nos apoyan contra las fuerzas de la tiranía.


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