jueves, 21 de octubre de 2010

¿Quién es Liu Xiaobo?

Autor: Domenico Losurdo

Fuente: Red Voltaire

En 1988, Liu Xiaobo declaró en una entrevista que China tenía que mantenerse sometida a 300 años de dominación colonial para convertirse en un país decente, de corte evidentemente occidental.
En 2007, Liu Xiaobo reafirmó su tesis y se pronunció a favor de una privatización radical de toda la economía china.

No estoy haciendo más que repetir las informaciones provenientes de un artículo de Barry Sautman y Yan Hairong publicado en el South China Morning Post (Hong Kong) [1], que no es precisamente un diario favorable a las posiciones de Pekín. Por el contrario, en ese mismo artículo se critica al gobierno chino por haber castigado una opinión, por muy «ignoble» [Juego de palabras intraducible entre el nombre del premio y el término inglés que designa algo vil, bajo o abjecto, NdT.] que fuera, con la cárcel y no con la crítica.

Quisiera, por mi parte, hacer aquí algunas observaciones. Los manuales de historia occidentales señalan que las guerras del opio abrieron el periodo más trágico de la historia de China. Un país que gozaba de una antiquísima civilización fue entonces literalmente «crucificado», escriben eminentes historiadores. A fines del siglo XIX, las muertes en masa por inanición se convierten en algo común y corriente. Pero, según Liu Xiaobo, aquel periodo colonial no fue lo bastante largo. ¡Tenía que haber durado tres veces más!

Lo menos que se puede decir es que nos encontramos ante una forma de «negacionismo». Occidente no vacila en mandar a la cárcel a los «negacionistas» cuando se trata de negar de las infamias perpetradas contra el pueblo judío, ¡pero entrega el «Nóbel de la Paz» a los «negacionistas» que niegan las infamias que cometió el colonialismo contra el pueblo chino! Por desgracia, la posición de la izquierda no es muy diferente.

Esa misma izquierda se cuidó mucho de condenar en su momento la detención de David Irving y de otros representantes de esa corriente, que aún están en prisión, pero ahora se dedica a cantar alabanzas a favor de Liu Xiaobo.

Este último no se ha limitado, por cierto, a expresar opiniones, por muy «ignobles» que sean, como reconoce el South China Morning Post). Luego de pronunciarse, en 1988, a favor de tres siglos de dominación colonial en China, al año siguiente volvió corriendo (¿por iniciativa propia?) de Estados Unidos a China para participar en la revuelta de la plaza Tiananmen y comprometerse a realizar su sueño [2].

Y sigue trabajando para realizar su sueño, como lo demuestra una entrevista concedida en 2006 a un periodista sueco, entrevista en la que celebra la guerra estadounidense contra Irak como medio de exportación de la democracia. O sea, estamos en presencia de un personaje que invoca directamente la dominación colonial contra su propio país y también, indirectamente, la guerra de agresión.

Un sueño que le ha valido tanto hallarse detenido en las prisiones chinas como recibir el «Premio Nóbel de la Paz».

[1] «Medal contention», par Barry Sautman et Yan Hairong, South China Morning Post, 12 octobre 2010.

[2] Sur le sens des événements de Tienanmen, lire « Tienanmen, 20 ans après », par Domenico Losurdo, Réseau Voltaire, 9 juin 2009.

Un apunte:

Es curiosa la capacidad de algunos seres humanos para vender a su pueblo empezando por ellos mismos.

Las palabras de este premio Nobel no me extrañan ni me inquietan. Desde Rusia, pasando por Venezuela, Cuba, Japón... nos encontramos con personas que se creen parte de una sociedad inferior que debe, para superarse, imitar a los anglosajones en la medida de lo posible, y desde luego subordinarse a ellos.

Estos personajes suelen ser artistas, intelectuales, profesores, escritores... lo que ofrece a los ojos del lector sensiblero y acomplejado un argumento para su defensa. En este caso no ven a un ciudadano en la cárcel sino a un escritor en la cárcel, aunque sea justa su privación de libertad. Las almas bellas no pueden soportarlo.

Hace no mucho leí en la prensa que estaba de moda entre los jóvenes asiáticos de rentas medias operarse los ojos para eliminar su forma oriental por una nueva forma redondeada al estilo occidental. Es la consecuencia lógica de tanta estupidez fomentada por este tipo de personajes.


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