miércoles, 5 de enero de 2011

De gatos y ratones


Los hay que piden comprensión para una China que pretende desarrollarse. Claro que uno, que prefiere hechos que ceremonias y banderas, se mosquea si un dirigente de la China "comunista" llega al Estado español y escribe un artículo en El País secundando las políticas saqueadoras de Zapatero, ese fiel escudero de la banca y la patronal.

El señor viceministro Li Keqiang viene a hacer negocios con los explotadores del Estado español y a comprar deuda pública. Tendrá que caer bien a sus nuevos socios, aplicará, supongo, esa política del gato negro gato blanco, cagándose encima de los ratones, es decir, jubilados, funcionarios, empresas públicas, trabajadores asalariados, parados y todo lo que se ponga por delante. Justo lo que un comunista debe defender si es que pretende seguir llamándose comunista.

En China quedan comunistas. Lo que pasa que hoy en día los meten en la cárcel. No tienen prensa como el fulano Liu Xiaobo, pero ahí están, en las mazmorras por pedir que un Estado comunista se comporte como tal. Zhao Dongmin es uno de ellos, tres añitos a la sombra por defender los intereses de los trabajadores.

Si lo que quieren es defender a sus nuevos ricos y los "intereses nacionales", tienen un maravilloso ejemplo en yanquilandia y otros Estados. Para eso están las democracias al uso, con sus gatos negros (partido republicano, PP...), sus gatos blancos (partido demócrata, PSOE...) y por supuesto los ratones, nosotros.

Los ciudadanos de los países del defenestrado campo socialista suelen manifestar en su mayoría una fuerte añoranza por el comunismo soviético a pesar de todas las críticas. No deberíamos subestimar este hecho, muy significativo y esperanzador. En cambio ustedes, señores "comunistas" chinos, no van a dejar otra cosa tras de sí que el recuerdo de una mala copia. Y eso ya me jode más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario