domingo, 6 de febrero de 2011

Faraones y demócratas


Occidente, ese reino de libertad y respeto por los derechos humanos, pone y quita dictadores a su antojo alrededor del mundo. Lo hacen a plena luz del día y con el beneplácito de sus gobernados que, por mucho que se quejen, justifican y amparan el comportamiento criminal de sus gobernantes cada vez que acuden a las urnas. Y no me vale la mojigata letanía según la cual hay que distinguir entre los que mandan y los mandados, pues a pesar de toda la presión y propaganda en última instancia el sujeto decide, o no, secundar determinadas políticas.

Los egipcios están luchando duramente por quitarse de encima al señor Mubarak. Pero qué es Mubarak sino Occidente. Luchar contra Mubarak es luchar contra las democracias liberales. Luchar contra Mubarak es luchar contra las políticas sionistas, contra el FMI, el BM y demás instituciones criminales. Es decir, luchar contra Mubarak es, ni más ni menos, que luchar contra el orden capitalista global. Egipto solo puede encaminarse hacia un futuro justo y soberano desde posiciones anticapitalistas y antiimperialistas asumidas en el marco de una democracia popular.

Los egipcios deben comprender este punto y asumirlo como el único camino posible. Los ciudadanos occidentales están muy ocupados mirándose al espejo como para aceptar que son ellos y sus gobiernos los responsables. Se piensan como el único y mejor modelo a seguir, entendiendo las alternativas como poco más que aberraciones liberticidas.

La transición que las democracias liberales están preparando para Egipto será el mismo patíbulo con una mano de pintura, y sobre él se ejecutarán a los mismos que hoy se juegan la vida en la Plaza de la Liberación. Los imperialistas, de ONG o de misil inteligente, aplaudirán con las orejas, y los egipcios seguirán en las mismas si es que consienten esta burda representación teatral.

Desde aquí quiero mostrar el mayor de los respetos para todas aquellas personas que se están jugando la vida en Túnez, Egipto, Yemen... para derribar unos regímenes corruptos y vasallos. Al mismo tiempo vaya todo mi desprecio para la pandilla de zopencos occidentales capaces de amparar a Obama, Blair, Bush, Zapatero, Merkel... y todos los intereses económicos por los cuales sufren los pueblos dentro y fuera de Occidente.

Egipto no debe ya preocuparse por faraones, su principal problema hoy son los demócratas.

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