sábado, 6 de agosto de 2011

Berlusconi y su "principio de la libertad"

Ayer escuché en una de esas tertulias televisivas de opinadores profesionales, que los gobiernos europeos están intentando evitar el inicio de una segunda crisis. Se ve que estos señores ya dan por terminada la primera, esa que comenzó allá por el 2007 y lo que te rondaré morena, y que ellos jamás han sufrido. Tengan en cuenta que un zopenco ilustrado de esos se embolsa cientos de euros por decir tonterías durante media hora de programa. Lo que un trabajador honrado tarda semanas en ganar ellos apenas minutos, así les pagan los favores.

Como estos días los capitalistas andan haciendo de las suyas, vamos, jodiendo al personal mientras se hacen más ricos, el Banco Central Europeo ha decidido comprar deuda italiana y española con el objetivo de tranquilizar a los "mercados" y evitar así una nueva "crisis". Dicen los sabios economistas que estos países son muy grandes para ser rescatados, y que esa es la única solución posible, el ritalín de los ricachones.

El BCE pide a cambio que se aceleren las medidas de austeridad, tiene narices el eufemismo cuando la mayoría de los trabajadores han vivido siempre en una "austeridad" forzosa, a pesar de que los medios de comunicación nos dicen constantemente que "hemos vivido como ricos" y que somos "tan culpables como los banqueros", o como me espetó un conocido hace unos días, "todos somos capitalistas". En fin. Mientras, el gobierno italiano ya se pronunció sobre las medidas que va a tomar, entre ellas Berlusconi anuncia un "principio de la libertad", es decir, todo aquello que no esté expresamente prohibido por la ley está permitido. ¿No sienten escalofríos tan solo al intuir lo que encierra esa consigna liberal? Se me dirá que ya lo practican, de hecho siempre hacen lo que les da la gana, lo sé, pero si afirman algo así tan a las claras es que van introducir el derecho de pernada sobre los trabajadores a plena luz del día, sin medias tintas, sin pendejadas retóricas, un regreso al siglo XIX en nombre de las libertades civiles.

Ese "principio de la libertad" pretende ofrecer "seguridad legislativa" a las medidas "liberalizadoras" que van a implementar. Sinceramente, no sé qué más se puede "liberalizar", en la Españeta ya han vendido todo lo que se puede vender, es decir, lo rentable, porque lo que da pérdidas no lo compran los competitivos "mercados". En Italia no será muy diferente. Harán pues lo único que pueden hacer bajo sus parámetros, lo que muy bien se reflejó en Cataluña con una mujer desmayada a las puertas de un centro de salud cerrado en nombre de los recortes liberales, la austeridad, el sentido común, la democracia, el estado de derecho y demás bobadas de la burguesía. Y es que ustedes no se dan cuenta, porque son un atajo de desagradecidos y pedigüeños, además de unos vagos, pero en realidad lo hacen por nuestro bien.

Claro que si esa libertad que nos venden significa la miseria, la exclusión, la enfermedad, la esclavitud maquillada y demás bondades democráticas, ni el más cínico de los opinadores profesionales podrá extrañarse cuando los trabajadores dejen de pensar en vender cara su mano de obra y comiencen a pensar en vender cara su vida. Es la historia del siglo XX. Y es que amigos, las derrotas dan para escribir mucha literatura anticomunista, pero no resuelven los problemas, y por mucho que se empeñen en ocultarlos vuelven una y otra vez a la superficie. Ese sí que es un principio, se llama lucha de clases, y la vamos a ganar.

2 comentarios:

  1. En realidad el mafioso italiano pide lo que siempre han pedido todos los criminales que hoy gobiernan el mundo: libertad para hacer sus fechorías.

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  2. Estamos ante una nueva forma de terrorismo, el terrorismo económico, mata (literalmente) y crea angustia y miseria, lo peor de todo es que ningún gobierno parece estar dispuesto a defendernos ni a defenderse de él.
    Ya que hablas de privatizaciones, parece haber pasado inadvertido el embargo de una plaza en Macael,(Almería) por parte de una constructora ala que adeuda más de dos millones.
    ¡Se están embargando hasta los propios pueblos!

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