sábado, 26 de junio de 2010

Discurso de Nikita Kruschev

Nueva York, 23 de septiembre de 1960. Intervención de Kruschev ante la Asamblea General de las Naciones Unidas.

Nuestro siglo es el siglo de la lucha por la libertad, el siglo en el cual las naciones están liberándose de la dominación extranjera. Los pueblos desean una vida digna de consideración y luchan por obtenerla.

La victoria se ha logrado en muchos países y territorios. Pero no debemos regocijarnos en nuestros laureles porque sabemos que millones de seres humanos todavía languidecen en la esclavitud colonial y sufren graves penurias.

Cualquier individuo inteligente tiene una cierta idea de lo que representa el progreso científico, que significa este gran siglo xx, lo que nos trae la humanidad. Algunos dicen sabiamente que el mundo nos ha abierto nuevos horizontes, oportunidades ilimitadas para la creación de abundante material para la salud y para la amplia satisfacción de las necesidades humanas. Sin ninguna justificación, otros consideran los grandes peligros de emplear los descubrimientos científicos y técnicos no para objetivos beneficiosos sino principalmente para la producción de espantosos sistemas de destrucción. Estos métodos de destrucción no son utilizados en el momento presente. Pero, en el último análisis, son producidos para ser utilizados.

Este argumento entre los optimistas y los pesimistas refleja los acontecimientos de nuestra era. Lo más importante de este hecho es que ha surgido un conflicto entre dos tendencias o líneas políticas en las relaciones internacionales. No me estoy refiriendo aquí, por supuesto, a las diferencias en los sistemas sociales, que son una cuestión interna, que puede ser y debe ser tratado sólo por cada nación y por cada Estado por sí mismos.

Estas dos líneas políticas en las relaciones internacionales han provocado una profunda divergencia. Aunque las líneas paralelas nunca han convergido en la geometría elemental, llegan a colisionar en las cuestiones internacionales. Hace sólo diez o quince años, pocos podían predecir el resultado del conflicto entre estas dos formas de entender la política internacional. En el año 1960, sin embargo, sólo un ciego puede dejar de ver cómo la mayoría de las poblaciones están cada vez más convencidas positiva y plenamente de la necesidad de mantener la paz.

Los pueblos de todos los países –trabajadores, campesinos, intelectuales y burgueses- no quieren la guerra sino la paz, y únicamente la paz. Y si, por tanto, los pueblos luchan activamente por atar las manos de los círculos militares y monopolistas, se podrá asegurar la paz…

Nadie puede discutir que la Unión Soviética ha sido generosa en sus esfuerzos por asegurar la continuación de su política en el desarrollo de las relaciones internacionales. Pero las siniestras fuerzas que obtienen beneficios del mantenimiento de la tensión internacional están ajustando tenazmente sus posiciones.

Aunque sólo un puñado de individuos está implicado, son poderosos y ejercen una enorme influencia en la política de sus respectivos estados. Se requiere, por tanto, un esfuerzo importante para romper su resistencia. Tan pronto como la política de crear tensión internacional ofrezca resultados tangibles, recurrirán inmediatamente a las medidas extremas para asegurarse que la gente no sienta ninguna relevación: filtrarán cada nervio para hundir el mundo repetidas veces hasta crear una atmósfera de abatimiento y exacerbar la tensión internacional.
Contemplamos la peligrosa manifestación del trabajo de estas fuerzas la pasada primavera cuando el avión de uno de los grandes estados miembros de Naciones Unidas, los Estados Unidos de América, invadieron por traición el espacio aéreo de la Unión Soviética y de otros Estados. Lo que implica que Estados Unidos ha elevado estas violaciones del derecho internacional para convertirlo en un principio de deliberación política del Estado.

La intrusión agresiva en nuestro país de un avión de Estados Unidos y la subsiguiente actitud del gobierno de Estados Unidos demuestra a los pueblos que se comportan con una política calculadora, tratando de sustituir el cumplimiento del derecho internacional con el fin de traicionar las honestas negociaciones entre estados iguales y soberanos.

Los vuelos del avión espía de Estados Unidos son también demostrativos en otro aspecto. Muestran el peligro que representan para la paz la red de bases de Estados Unidos en Europa, Asia, África y América Latina.

Como una forma profundamente arraigada de infección aguda en un organismo vivo, estas bases interrumpen la vida política y económica normal de los estados sobre los cuales han estado espiando. Obstaculizan el establecimiento de relaciones normales entre estos estados y sus vecinos. ¿Cómo puede haber de hecho relaciones normales si la gente de estos países vecinos no puede dormir pacíficamente, si tiene que vivir con la amenaza de estar sujetos a la voluntad de los militares de Estados Unidos para emprender actos de provocación?

Las relaciones de Estados unidos con Cuba son significativas a este respecto. Como ustedes saben, antes de la victoria de la revolución popular, todos los sectores de la economía cubana estaban dominados por monopolios de Estados Unidos que obtenían grandes beneficios gracias a la explotación de la clase trabajadora de Cuba y de la riqueza de su fértil suelo.

A algunas personas de Estados Unidos ocasionalmente les gusta vanagloriarse que estándar de vida en su país es mayor que en el de otros países. No hay nada que contradecir al hecho de que los estándares de vida en Estados Unidos sean ahora mayores que en Cuba, pero ¿a qué se debe esto? ¿Es debido a que el pueblo cubano es menos trabajadores o a que la tierra de Cuba es menos fértil? Por supuesto, ésta no es la razón. El pueblo de Cuba es bien conocido por su industria y por su apego a su país y a su suelo. La explicación es totalmente diferente. Durante muchos años los frutos del trabajo del pueblo cubano no los han disfrutado los cubanos sino los monopolios de Estados Unidos. ¿No resulta sorprendente que en 1958, por ejemplo, el ingreso per cápita en Cuba fue 6,5 veces menor que en Estados Unidos? Esta estadística habla por sí sola.

Todos somos testigos del hecho de que muchos pueblos están siendo continuamente sujetos a los actos hostiles y a la cruda presión de un cierto grupo de estados que nada hacen por los legítimos intereses y derechos de otros países. Esto se produce porque la situación internacional está repleta de conflictos agudos, el peligro de los cuales está intensificado por el incremento de la carrera armamentística.

Es evidente que las relaciones internacionales no pueden continuar en esta línea, porque de lo contrario nos dirigiremos hacia el abismo. En esta tarea , las Naciones Unidas deben defender la soberanía de los estados y presionar para el restablecimiento de las relaciones internacionales como base legal para poner fin a la carrera armamentística.

Desafortunadamente, la política de violación de los derechos inalienables de los pueblos está todavía en evidencia en los mismos Estados Unidos.

Tomemos, por ejemplo, la cuestión de la representación en las Naciones Unidas del pueblo chino. Para impedir la legítima restitución de la República Popular China en el seno de las Naciones Unidas, simplemente porque se trata de un régimen socialista de Estado que no es del agrado en los círculos políticos de algunos países occidentales, particularmente de Estados Unidos, se ignoran los hechos; se presagia la ausencia de cualquier deseo para rebajar la tensión internacional; supone que el interés por el reforzamiento de un mundo en paz y el desarrollo de la cooperación internacional está siendo sacrificada por la intolerante y calculada política de un pequeño grupo de estados. Esta situación es contraria a la paz y es degradante para las Naciones Unidas.

Como representante de la Unión Soviética, debo manifestar con franqueza que me siento orgulloso de ver a un gran número de nuevos estados haciendo su aparición en el seno de Naciones Unidas. Siempre nos hemos opuesto y continuaremos oponiéndonos a cualquier tipo de limitación de los derechos de los pueblos que han obtenido su independencia nacional. Compartimos con estos estados el deseo de preservar y garantizar la paz, crear en nuestro planeta las condiciones para la coexistencia pacífica y la cooperación de los países en su estructura política y social, de acuerdo con los principios pacificadores proclamados en la Conferencia de estados Asiáticos y Africanos de Bandung.

Los hechos muestran que la liberación de las naciones y los pueblos sometidos a la dominación colonial favorecerá la mejora de las relaciones internacionales, un incremento de la cooperación internacional y la consolidación de un mundo en paz.

Sería difícil exagerar el vasto significado que la abolición del sistema colonial ha supuesto para el mundo entero. Cada uno es consciente de que las economías de las colonias y los territorios de la confianza se subordinan actualmente a los intereses mercenarios de los monopolios extranjeros, y la industrialización de estos países se está impidiendo deliberadamente. Imagínese que la situación ha cambiado y que estos países y territorios, al alcanzar la independencia, estén en disposición para hacer un uso amplio de sus ricos recursos naturales y proceder con su industrialización, favoreciendo una vida mejor para su gente. Esto conduciría a un enorme crecimiento en la capacidad del mercado mundial, que sin duda tendría un efecto beneficioso, no sólo en el desarrollo económico de los países del Este sino también en las economías de los países industrialmente desarrollados del Oeste.

Ha trascurrido un año desde la resolución adoptada por la Asamblea General sobre el desarme general y completo. Hemos visto que se trata de un período comparativamente largo de tiempo y no tenemos ninguna duda de que se siguen produciendo armas y que la perfección e invención de nuevas armas letales no tiene fin.

En el terreno del desarme no se ha producido ningún avance significativo en el pasado año. ¿Cuáles son las razones para esta situación a la cual nos obligan a referirnos con gran pesar y con seria preocupación? ¿Quién está impidiendo la implementación de la resolución de la Asamblea General sobre el desarme total, probablemente la decisión más importante y significativa en la historia de Naciones Unidas? ¿Quién está haciendo lo imposible para romper el plan de trabajo del problema del desarme?

Los hechos demuestran que la ausencia de cualquier progreso en la solución de los problemas de la carrera armamentística es la consecuencia de la posición adoptada por Estados Unidos y ciertos estados vinculados con la OTAN.

A través del trabajo del comité de las Diez Naciones sobre el Desarme, las potencias occidentales han rechazado iniciar los trabajos para alcanzar un tratado sobre desarme general y completo y en cada reunión han evitado discutir la sustancia del programa soviético del desarme general y completo (A/4219) que la Asamblea General había referido al comité para su consideración detallada. Por su parte, han presentado propuestas que ni previenen el desarme general ni completo, ni cualquier tipo de desarme, sino sólo las medidas para el control sobre armamentos, es decir, control sin desarme. Como siempre, uno entiende que el establecimiento del control sin desarme sería equivalente al establecimiento de un sistema internacional de espionaje que, lejos de contribuir a la consolidación de la paz, podría hacer más fácil para a un agresor potencial realizar sus planes que plantean una amenaza para los pueblos.

El gobierno soviético, junto con los gobiernos de un gran número de estados, está decidido a suspender su participación en los trabajos del Comité TCN-Naciones hasta que las potencias occidentales no pongan fin a la carrera armamentística. No ha sido fácil para el gobierno soviético adoptar esta decisión, porque era precisamente nuestro país el que primero había adoptado la cuestión del desarme general y completo, y había estado haciendo los máximos esfuerzos para alcanzar en el comité una solución constructiva al problema en estricta conformidad con la resolución de la Asamblea General, En estas circunstancias, sin embargo, permanecieron en el Comité tan sólo pretendemos colaborar con los oponentes al desarme. Nos era imposible tolerar abusos contra la gran causa del desarme y convertirla en un objeto de especulación para objetivos inmorales y que vayan contra los intereses de la paz universal.

Es por eso que el gobierno soviético ha planteado la cuestión del desarme ante la Asamblea General de Naciones Unidos, es debido a que existe una considerable mayoría de miembros que no tienen interés alguno en la carrera armamentística y sinceramente desean ver al final de la misma.

La nueva propuesta soviética de la cuestión del desarme general y absoluto está basado en las previsiones de propuesta fechadas el 2 de junio de 1960 (A/4374), sometidas por el gobierno soviético a la consideración todos los gobiernos del mundo se ha bosquejado con el respeto debido para todas las ideas útiles expresadas en el último año en el curso de las discusiones sobre esta cuestión en círculos políticos y públicos en varios países. Esta oferta pretende resolver la posición de las potencias occidentales y esperamos que éstas harán lo posible para llegar pronto a un acuerdo sobre desarme.

Consideramos, en primer lugar, que se deben eliminar en una primera etapa del desarme todas las armas nucleares; hemos ofrecido las medidas detalladas para un control internacional eficaz en todas las etapas; y hemos considerado el deseo de ciertas potencias occidentales que, desde un principio, están dispuestas a reducir sus fuerzas armadas y sus armamentos convencionales. También hemos introducido un número de otras enmiendas y modificaciones a nuestro programa. En nuestra opinión todas esas enmiendas rinden el programa de general y hacen el desarme más concreto, más realista y más factible…

El gobierno soviético está profundamente convencido de que sólo una solución radical al problema del desarme, con la prohibición absoluta de las armas de destrucción masiva y con el cese de su producción y experimentación y la destrucción de todos los arsenales de estas armas, puede completar la tarea de entregar a la humanidad el fin de la amenaza de la guerra nuclear que pende sobre ella. Éste es precisamente el objetivo que persigue la Unión Soviética, abogar de forma constante y resolutoria por el desarme general y completo.

Los ciudadanos de la Unión Soviética y el gobierno soviético están absolutamente convencidos de los principios de coexistencia pacífica firmemente establecidos en las relaciones entre los estados y asegurar que estos principios formen parte del derecho fundamental de la vida en el conjunto de las sociedades modernas. No hay un “truco” comunista ideado detrás de estos principios, pero las verdades simples dictadas por la vida misma, tal como son las relaciones entre los estados, deben convertirse en algo pacífico, sin el uso de la fuerza, sin recurrir a la guerra y sin interferencia en los asuntos internos.

No estoy revelando un secreto cuando digo que no tenemos vínculos con el capitalismo. Pero no queremos imponer nuestro sistema a otros pueblos por la fuerza. Son ellos quienes determinan la política de los estados con un sistema social diferente al nuestro y renuncian a sus peligrosas e infructuosas tentativas para dictar sus voluntades. Es el momento de reconocer que la elección de una forma particular de vivir es una cuestión que concierne a cada pueblo. Déjennos construir nuestras relaciones en base a las actuales realidades. Ésta es la verdadera coexistencia pacífica.

La política de coexistencia pacífica exige solventar todas las cuestiones planteadas sin necesidad de recurrir a la fuerza, por medio de negociaciones y compromisos razonables. Sabemos que durante los años de la guerra fría alguna de estas cuestiones para la mayoría no tenían solución y eran el motivo de la creación de peligrosos focos de tensión en Europa, Asia y otras zonas del mundo.

La Unión Soviética considera que, en orden a fortalecer la paz en Asia y, por tanto, en el mundo, es esencial discutir la cuestión de Corea.

Sólo los hombres que obran de mala fe pueden pensar arreglar la cuestión de Corea por la fuerza de las armas. La única propuesta correcta, llamada a solventar la solución de la cuestión de la reunificación pacífica de Corea y de los coreanos sin la interferencia exterior, es encontrar un amplio consenso. La condición esencial para ello es la inmediata y completa salida de todas las tropas de Estados Unidos de Corea del Sur, debido a que su presencia envenena la atmósfera no sólo en Corea sino también en Asia, y hacer lo posible para que se celebren elecciones en Corea del Sur. La propuesta del gobierno de la República Democrática Popular de Corea para establecer una confederación de Corea del Norte y del Sur es justa y razonable como lo es la propuesta del gobierno de la República Democrática Alemana de configurar una confederación de los dos estados alemanes. Éste es el único camino para lograr la soñada reunificación de estos estados.
Estamos firmemente convencidos de que en el tiempo presente se deben adoptar medidas para crear las condiciones necesarias para la reforma de funcionamiento tanto de las Naciones Unidas como del órgano de trabajo de la Organización ejecutiva. Repito, la cuestión recae fundamentalmente en el secretario general y su equipo. Somos particularmente conscientes de la necesidad de que se produzcan ciertos cambios y mejoras con vistas al futuro inmediato.

Consideramos razonable y justo para el órgano ejecutivo de las Naciones Unidas que no recaiga en la persona individual del secretario general sino en tres personas revestidas con las mayores garantías de Naciones Unidas, personas que presenten a los estados miembros de los tres grupos básicos que he mencionado. La cuestión es que este órgano ejecutivo debe representar a los estados miembros del bloque militar de las potencias occidentales, a los estados socialistas y a los estados neutrales. La composición de este órgano ejecutivo de Naciones Unidas debe crear las condiciones para una más correcta implementación de las decisiones adoptadas.

El gobierno soviético confía que las propuestas que ha ofrecido para estas cuestiones sean consideradas en la presente sesión de la Asamblea General, reciban apoyo y aceptación pues han sido propuestas con el sincero deseo de garantizar una mejor convivencia y tranquilidad para nuestro planeta.

El gobierno soviético está preparado para hacer todo lo posible en orden a que la servidumbre colonial sea eliminada aquí y ahora, y que aquí y ahora los problemas de desarme encuentren una solución concreta y efectiva.

El gobierno soviético está preparado para hacer todo lo posible en orden a que las pruebas de armas nucleares sean prohibidas aquí y ahora, lo que implica que la destrucción masiva debe ser favorecida.

Quiero recordar que todos estos problemas son complejos y que no pueden ser solucionados de golpe. Pero estos problemas forman parte de la vida misma y deben ser solucionados antes de que sea demasiado tarde. No se debe evadir su solución.

Para concluir mi intervención deseo enfatizar una vez más que el gobierno soviético, guiado por los intereses del pueblo soviético, por los intereses de los ciudadanos de los estados socialistas libres, les propone a todos ustedes; hablemos, argumentemos, firmemos los acuerdos de desarme completo y general y enterremos el colonialismo, que es la maldición de la humanidad.



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