Primera parte: http://www.elcaminodehierro.blogspot.com.es/2012/04/en-el-17-de-abril-la-independencia.html
Por Tamer Sarkis Fernández
CONDICIONAMIENTOS
A LA DEPENDENCIA BAJO LA ÉPOCA DEL IMPERIALISMO
Los 66 años de la conquista de independencia siria frente al
Colonialismo francés (y su reciente conservación), son, por supuesto, motivo de
gran alegría entre los sirios y entre los solidarios e internacionalistas. Pero
a la vez no ahorra dejarnos sabores de oxidado dolor: hoy como ayer, la
independencia suena a lucha y se cobra coste de sangre.
Yo no sé si así
tenga que ser; si ésa es nuestra tragedia Genérica humana cuando se trata de
dar a luz lo grande, valioso y necesario.
Pero no me cabe
duda de que esta lucha de los sirios es -ha sido ya- y, no nos engañemos,
volverá a ser, la lucha del proletariado, la lucha de los Pueblos, la lucha de
la humanidad. Pues la independencia bajo un Mundo dominado por el imperialismo
jamás se hace completa, aunque sea porque sigue sujeta a quebrantamiento e
involución forzada. Y luego porque la independencia de un Pueblo y de un país
no puede ser jamás duraderamente la independencia “auto-consistente” del
Robinson o de “Juan Palomo”. La independencia es, dialécticamente, una relación
socio-política y económica en desarrollo, empezando por depender del entorno
geográfico más inmediato. Así que ella, recientemente conservada en mitad de durezas,
no es ni más ni menos que el punto de arranque indispensable para su propia
consecución a una escala más elevada. Como decía Miguel Bakunin, “libre”
por su condición aristocrática bajo la Rusia semifeudal: “Si uno no es libre,
los demás tampoco”.
Con sólo pensar unos segundos en la
intersección significativa entre dos variables -las coordenadas geopolíticas de
Siria y su Periodo histórico de contención (que Mao Tse-Tung llamó el
Hegemonismo)-, nos damos cuenta del hechizo brujeril estructural a la
Soberanía, que queda recluida a tragarse entre otras lindezas:
A. Las mil
formas de intervención USA sibilinas y “de Baja Intensidad”.
B. Las
“huelgas” y sabotajes mercantiles “internacionales” en lo que se refiere a
conducir, el saldo sobre reservas y riquezas propias, hacia el desarrollo
autónomo de capitales.
C. El
secreto industrial cerrado a cal y canto para evitar “emulación” y así el
perjudicial rodeo y gasto extraordinario de ingeniería e I+D+I' que Siria debe
afrontar.
D. La Ley
del embudo regional aplicada contra Siria a través del “polvorín sionista”,
verdadera bomba de relojería. Ley que se extiende también a través de la
fisonomía perruna de los Regímenes colindantes tanto como a través de la
capacidad -logística, mercenaria, de acaudillamiento sobre las apetencias
albergadas por Potencias de segundo orden y por “rivales” regionales, de
cooptación de elementos seguidistas internos, de Terror y guerra sucia...- que
el Hegemonismo USA ha demostrado una vez más.
Tal Ley del
embudo -esta Declaración de guerra latente, a veces manifiesta- supone para
Siria coartar su economía -esa genuina Fuerza Productiva de independencia-
llevándola a la manutención del Estado de Guerra, perspectiva desastrosa pero
de resolución inviable bajo la Época del Imperialismo para un País Oprimido
Disidente atrapado en su propia realidad geográfica (y física-estratégica
en medio de una Contradicción inter-imperialista que indesviablemente sigue su
curso histórico de agudización al compás de la evolución internacional
desigual del modo productivo capitalista).
E. El
rechazo extranjero a exportaciones de factores productivos y de bienes para el
consumo y uso industrial (ni máquinas de coser puede adquirir la
Siria actual), siendo ésta una contradicción imperialista perjudicial para su
misma sobre-acumulación de capitales, pero que el imperialismo manifiesta por
su mismo miedo a que esas exportaciones sean semilla hacia la edificación
industrial de independencia futura... justamente frente a ese Régimen de
importaciones (intercambios mercantiles desiguales).
Aquí no se
trata tan sólo, ni fundamentalmente, de que las Potencias pretendan un Régimen
dependentista al mando de un sistema político y jurídico re-ordenado, como
condición para así “normalizar” (a la manera imperialista) las relaciones
mercantiles con Siria.
Se trata de que
tales Potencias necesitan como el aire esa horma de su zapato;
pues sólo se fían de “normalizar” el Statu Quo imperialista de importaciones-exportaciones
habiendo entronizado previamente un sistema político de indudable “docilidad” a
la hora de no canalizar su propio capital científico, cognitivo, ingenieril...,
hacia subvertir la materia entrante bajo parámetros desarrollistas de Fuerzas
Productivas propias.
Se necesita
esa condición político-jurídica de pasividad en materia de desarrollo, para
poder operar sin temor con normalidad imperialista en pro de: “deslocalización”
de capitales excedentarios; delineamiento a la carta de la división del trabajo
regional, inserción de tramos de producción bajo propiedad real propia y con
concesiones a los lugartenientes en concepto de propiedad jurídica o
co-propiedad subalterna; Dictadura sobre el sistema internacional de paridades
monetarias y así aseguramiento de importaciones baratas de Capital Circulante y
de mercancías producidas en territorio oprimido; dolarización de los
intercambios si ello conviene; etc.
¿Pero qué
ocurre?: que el polo débil de esta contradicción -lo Condicionado: la dimensión
económica- también se requiere consumar con urgencia debido a que el Bloque
Decadente (anglo-sionista) corre contra el reloj en materia de Hegemonía
internacional y tiene que sacudirse su crisis económica marcada por su
saturación improductiva de factores de producción. Tal necesidad
inaplazable ha acelerado la trama anglo-sionista hacia procurarse el
Condicionante político-institucional, que, cuando se trata de un país oprimido,
es hallado siempre en la pequeña burguesía comercial y sus elementos apoderados
-y no en la burguesía nacional productivista.
Pues la pequeña
burguesía es, por su misma ubicación en la estructura económica, la clase
dependiente en sí del exprimidor imperialista a la patria, que a ella se
le aparece particularmente -y a costa de la patria en general- como
“proveedor” y motor de prosperidad de clase.
Sin embargo, a
la pequeña burguesía hay que sumar la burguesía comercial y distributiva, así
como la burguesía burocrático-mercantil. Son fracciones, estas dos últimas,
tendentes hacia el rentismo sobre capitales (en forma bien de beneficio
comercial, bien de cuota de interés) y hacia la apropiación terrateniente
(línea de expropiación parcelaria a través de la “reforma” jurídica sobre
suelos y a través del endurecimiento de condiciones crediticias al campo). Este
interés las marca como fuerza involucionista frente a la Revolución agraria con
que el Baaz se hubo iniciado al mando estatal (Revolución cuya preservación y
profundización sigue siendo uno de los principales pilares sobre el que asentar
la independencia nacional).
De este
panorama se deduce existencia de lucha de clases antagónicas e
irreconciliables en última instancia, tanto en el seno de las instituciones
nacionales como -bajo rostro de lucha de ideas- en el seno de la coalición
nacional.
F. En
definitiva, y por consiguiente a ése último punto señalado, hay que reconocer
que Siria tiene que convivir/combatir, mientras dure el actual orden
imperialista, con ese “factor interno” que el Hegemonismo USA recurre a
tocar como a una de sus cuerdas predilectas.
Por eso la
independencia presentará un Principio interno de entropía, al menos hasta que
el Mundo alcance varios grados más de desarrollo en el proceso histórico en curso
de cambio en la correlación internacional de fuerzas entre Potencias
nacionales. La independencia nacional será mientras tanto -y como he definido-
un Trabajo de Sísifo de destrucción, reconstrucción, reconstitución, deterioro
de condiciones, reinicio de la prosperidad y colocación de bases materiales
hacia su afianzamiento...
¿Y después?. Si
el tránsito imperialista se sucediera sin ser un “punto de fuga” de Estrago a
nuestra especie (lo que de por sí es bastante suponer), a priori tampoco
podemos tirar cohetes por el nuevo marco presumible. A Siria le favorece ahora
-y hasta le salva- la fragmentación del uni-polarismo, pero, más allá de lo
estratégico, en el plano histórico el Imperialismo es una Época dotada de una
Naturaleza determinada, siempre opresiva para los Pueblos. La
independencia de la patria siria será, en última instancia, conquista de los
Pueblos frente a las Potencias y la jubilación de éstas -y de su
social-imperialismo-; o no será.
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