La Academia sueca anunció ayer, de una forma sorprendente, que investiga al Premio Nobel de Literatura de este año, Mario Vargas Llosa, por un posible fraude que le podría costar tan insigne distinción.
Y es que, según diferentes denuncias recibidas en el último año -sobre todo a raíz de la concesión del galardón-, el escritor peruano pudo haber recurrido a un literato de segunda fila que redacta los libros que luego firman las estrellas, desde que comenzó su prolífica carrera en 1959 con Los jefes.
En declaraciones exclusivas para este periódico, el presidente del comité electivo de la Fundación Nobel, Sven Goran Erikson Larsson, comentó: «Aún es muy prematuro hacer valoraciones sobre este asunto. Solo le puedo decir que tenemos pruebas bastante sólidas de que puede haber tongo, aunque creo que hay que dejar trabajar a la Policía».
El caso ha ido a parar a las fuerzas del orden del país escandinavo pues, desde la brigada de delitos informáticos, se interceptó un mail que el mismísimo novelista sudamericano le envió hace un mes a uno de sus presuntos operarios clandestinos. De momento, todo está bajo secreto de sumario, si bien se ha filtrado que el contenido del correo electrónico hacía alusión a un cuento de un pastor anarquista de Cáceres que se enamora perdidamente de una rica heredera en los albores de la Primera Guerra Mundial.
Según las tesis de la Fiscalía, Vargas Llosa parece tener en nómina a 18 escritores que, periódicamente, le envían bocetos de lo que podrían ser diferentes obras que el quizás ahora no tan genial novelista daría el visto bueno, para luego ir dándole forma a medias, o incluso corrigiéndoles a medida de que los trabajos fueran avanzando.
Famoso "jornalero"
Entre los posibles escritores figuran cinco españoles -hay también dos bolivianos, tres chilenos, cuatro peruanos, dos alemanes y un gibraltareño-, incluido el joven que ayudó a Ana Rosa Quintana -su ex cuñado- en Sabor a hiel, cuya trama giraba en torno a una mujer que había padecido malos tratos y que en 2000, antes de que lo retirara la editorial Planeta tras el escándalo, había vendido la friolera de más de 100.000 ejemplares.
Las sospechas en esta compleja y escandalosa trama se extienden a Genoveva Casanova, ex mujer de Cayetano Martínez de Irujo -hijo de la duquesa de Alba- y actual pareja de su hijo Gonzalo, que podría haber colaborado de un modo activo en la última obra del escritor afincado en Madrid: El sueño del celta. Y es que hay una serie de expresiones que se utilizan en la novela que proceden del barrio mexicano de El dorado, una exclusiva zona de donde procede la joven, que el pasado jueves fue interrogada por los miembros del comité que, año tras año, decide conceder los Premios Nobel.
Tras no pocos intentos de contactar con el escritor nacionalizado español, este periódico pudo averiguar que el asunto ha sido encomendado a un bufete de abogados muy prestigioso de Madrid, Stampa Braun, que hace años defendió al popular dúo alemán Milli Vanilli, que fue acusado de estafa en 1990.
Si las pistas son fiables y se confirma que Mario Vargas Llosa, el eterno aspirante al Nobel, ha hecho trampas, perderá de modo automático el singular premio, así como el millón de dólares que cobró por éste. Hasta la fecha no se había producido un caso así.
Aporrea
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