Antes hablábamos de Mayor Oreja, ahora toca Pedro Campos, otro anticomunista con un espacio en Kaos en la Red, ya saben, por lo de la pluralidad.
En su artículo Cuba: La imprudencia debe tener un límite el susodicho nos deleita con la clásica fanfarria anticomunista que tanto efecto tuvo en el tristemente derrotado campo socialista. La cantidad de Pedros Campos que hubo por aquellos tiempos y que hoy se han pasado a la reacción, de donde nunca salieron, es interminable. En este artículo el buen señor, dizque libertario, va con amenazas. Las camufla, eso sí, como todo impostor. Compara la situación de Cuba con la de Libia. El pueblo cubano, según Campos, estaría a un paso de alzarse en armas contra el gobierno. Gobierno que juzga imprudente por no verlo y no evitarlo. Según él la única forma de evitar un alzamiento sería que todos (supongo que incluye a la gusanera, pues se despacha con un tímido "quien tenga algo que aportar") se sentasen a dialogar. Porque Campos no habla claro, escupe entre líneas con expresiones del tipo "agotamiento del socialismo de Estado", "el mismo gobierno que tenemos desde 1959", "gobierno/partido", "control del aparato ideológico del PCC", "justificar el continuar limitando el acceso a Internet", "déficits democráticos y libertarios"... al tiempo que incluye manifestaciones de buena voluntad, recetas para evitar el colapso y demás gilipolleces para justificar lo que de verdad le importa, cagarse sobre la revolución cubana.
Nos pasó una vez. Este tipo de discursos colaron hasta la cocina. Incluso mucha gente honesta que había dedicado todo su vida al comunismo se encandiló con semejantes memeces. Lo que vino después lo sabemos todos y los pueblos del "Este" lo están pagando muy caro.
Al señor Campos le encantaría tener su plaza Tahrir. Así lo dice:
"Queda entonces claro que azuzar conflictos internos y especialmente incitar a la violencia en la Cuba de hoy, es muy peligroso. Lo que no quiere decir que las personas, grupos o segmentos de la sociedad que se sientan disminuidos en sus derechos y afectados en sus intereses, no deban luchar por ellos, mediante formas pacíficas y democráticas. Para garantizar los derechos de todos se hizo la revolución contra Batista."
Anda que no le gustan al bueno de Campos los conflictos internos. Los está deseando. Dice:
"Estamos en otros tiempos. La situación ha cambiado. Los métodos para evitar una Libia en Cuba, tienen que ser de otro tipo."
Qué ladino es este señor. ¿Evitar otra Libia? Pues si es así lo que hay que evitar es a la reacción que confabulada con Occidente pretende apoderarse del país. Eso es Libia. Eso es el señor Campos. Y si a un grupo de reaccionarios se les pasa por la cabeza la tontería de tomar las armas contra la revolución habrá pues que hacer frente a esa amenaza de forma contundente antes de que llamen a sus colegas libertarios de la OTAN. Ni un minuto de duda, que ya vemos las consecuencias.
Lo único que debe tener un límite es el anticomunismo, y este señor lo pasó hace tiempo. Si bien el señor Campos se va a quedar con las ganas de ver a Cuba "dialogando" su rendición.
En su artículo Cuba: La imprudencia debe tener un límite el susodicho nos deleita con la clásica fanfarria anticomunista que tanto efecto tuvo en el tristemente derrotado campo socialista. La cantidad de Pedros Campos que hubo por aquellos tiempos y que hoy se han pasado a la reacción, de donde nunca salieron, es interminable. En este artículo el buen señor, dizque libertario, va con amenazas. Las camufla, eso sí, como todo impostor. Compara la situación de Cuba con la de Libia. El pueblo cubano, según Campos, estaría a un paso de alzarse en armas contra el gobierno. Gobierno que juzga imprudente por no verlo y no evitarlo. Según él la única forma de evitar un alzamiento sería que todos (supongo que incluye a la gusanera, pues se despacha con un tímido "quien tenga algo que aportar") se sentasen a dialogar. Porque Campos no habla claro, escupe entre líneas con expresiones del tipo "agotamiento del socialismo de Estado", "el mismo gobierno que tenemos desde 1959", "gobierno/partido", "control del aparato ideológico del PCC", "justificar el continuar limitando el acceso a Internet", "déficits democráticos y libertarios"... al tiempo que incluye manifestaciones de buena voluntad, recetas para evitar el colapso y demás gilipolleces para justificar lo que de verdad le importa, cagarse sobre la revolución cubana.
Nos pasó una vez. Este tipo de discursos colaron hasta la cocina. Incluso mucha gente honesta que había dedicado todo su vida al comunismo se encandiló con semejantes memeces. Lo que vino después lo sabemos todos y los pueblos del "Este" lo están pagando muy caro.
Al señor Campos le encantaría tener su plaza Tahrir. Así lo dice:
"Queda entonces claro que azuzar conflictos internos y especialmente incitar a la violencia en la Cuba de hoy, es muy peligroso. Lo que no quiere decir que las personas, grupos o segmentos de la sociedad que se sientan disminuidos en sus derechos y afectados en sus intereses, no deban luchar por ellos, mediante formas pacíficas y democráticas. Para garantizar los derechos de todos se hizo la revolución contra Batista."
Anda que no le gustan al bueno de Campos los conflictos internos. Los está deseando. Dice:
"Estamos en otros tiempos. La situación ha cambiado. Los métodos para evitar una Libia en Cuba, tienen que ser de otro tipo."
Qué ladino es este señor. ¿Evitar otra Libia? Pues si es así lo que hay que evitar es a la reacción que confabulada con Occidente pretende apoderarse del país. Eso es Libia. Eso es el señor Campos. Y si a un grupo de reaccionarios se les pasa por la cabeza la tontería de tomar las armas contra la revolución habrá pues que hacer frente a esa amenaza de forma contundente antes de que llamen a sus colegas libertarios de la OTAN. Ni un minuto de duda, que ya vemos las consecuencias.
Lo único que debe tener un límite es el anticomunismo, y este señor lo pasó hace tiempo. Si bien el señor Campos se va a quedar con las ganas de ver a Cuba "dialogando" su rendición.
Lo raro no es que este señor opine de esta forma ya que, por desgracia, es lo habitual en los opinadores a sueldo. Lo vergonzoso es que una supuesta web de izquierdas como Kaos le dé cabida. La trayectoria de esta página hace tiempo que va en esta línea: primero con sus artículos en los que desde un troskismo for dummies se llamaba a Chávez "burgués", Después repitiendo como papagayos las mentiras imperialistas contra la revolución de Irán. Y el colmo ha sido su posicionamiento con respecto a la revolución... perdón, a la invasión libia, que si no tienes cuidado empiezas a hablar como ellos. Solo faltaba lo de Cuba.
ResponderEliminarYa sabrás que a muchos colaboradores habituales se les han censurado artículos. Por no hablar de la continua censura, a priori y a posteriori de comentarios.
Con Rebelión ocurre algo parecido.
Mi opinión es que ciertos personajes son lanzados a la fama por medios como Público y ciertas editoriales de izquierda para luego, valiéndose de su prestigio, operar dentro de la izquierda para desactivarla desde dentro. No creo en la inocencia de gentes tan experimentadas como los responsables de estas páginas y ciertos gurús de la intelectualidad izquierdista internacional.
Hay que estar muy alerta y crear redes de información alternativas y descentralizadas, en las que esta gentuza no pueda meter su porquería.
Saludos.
P.D.
Veo que tienes en el amrgen una cita de Solokhov. Por si te interesa, hace poco han vuelto a editar su larguísima y maravillosa novela "El don apapcible" -yo la tenía en una edición muy antigua.
http://www.casadellibro.com/libro-el-don-apacible-4-vols/1232741/2900001292334
Lo que veo son muchas críticas desleales. A veces hay artículos que se escriben como excusa para dar puñaladas, y eso no es una actitud propia de quien defiende el socialismo. Lo de las expulsiones sí lo sabía, a fin de cuentas esos medios tienen sus gestores y deciden, nos guste o no.
ResponderEliminarLamentablemente lo que he leído de Sholojov (por cierto, hay quien desprecia a este escritor simplemente tachándole de "estalinista") lo tengo en versión digital. Esa cita pertenece a Campos roturados. Me gusta tener los libros, así que gracias por el enlace.
Saludos.